A partir de septiembre, las personas que pertenecen a Fonasa (Tramo C y D) no pagarán por su atención de salud cuando se atiendan en algún hospital o centro de salud público. Hoy cancelaban un copago de 10% y 20%, respectivamente.

Por ejemplo, el tratamiento de un paciente (tramo D) con Esclerosis Múltiple, uno de los 85 problemas de salud incluidos en el AUGE, costaba alrededor de 17 millones de pesos en el hospital. De ese monto, Fonasa pagaba más de $14 millones y la persona cancelaba $ 3.155.308. Ahora con la medida anunciada no deberá realizar ese copago. 

Impacto de la medida 

¿Cuál es el impacto de esta medida? El doctor Manuel José Irarrázaval, presidente del Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS), indicó que si bien es una buena noticia, genera expectativas que no se van a poder cumplir "porque no existe capacidad del sistema de salud para responder a la demanda por atención de sus beneficiarios". 

"Si uno empieza a mirar que significa en la práctica, uno le ofrece a los grupos C y D de Fonasa gratuidad, pero el problema es que el sector público funciona arrastrando una lista de espera de consultas de especialidad no AUGE de más de dos millones personas y para las cirugías, de más de 350 mil, por lo tanto es poco probable que las personas puedan tener acceso a esa atención. Estamos creando expectativas que no se van a poder cumplir", señaló el médico.

Agregó, que lo más grave son los tiempos de espera. Una persona puede aguardar más de dos años por una intervención quirúrgica de rodilla (en caso de que sea mayor de 50 años), o por una de cadera (si es menor de 65 años).  Y un año y medio para ver un especialista, en caso de una atención No AUGE.

Tal es el problema -explicó- que un gran porcentaje de los beneficiarios de Fonasa se atiende en la red privada, a través de la Modalidad de libre Elección. Según datos de la Superintendencia de Salud de 2020, de los 12 millones de potenciales pacientes Fonasa, casi seis millones (50%) utilizaron la red privada de salud.