En ese contexto, es necesario analizar los indicadores económicos. Ante la inflación creciente en nuestro país, donde en los últimos 12 meses llevamos acumulado un 7,8%, a nuestro Banco Central no le ha quedado más opción que apostar por una fuerte política monetaria restrictiva, incrementando la tasa de política monetaria desde el segundo semestre del año pasado.

Un nuevo retiro de los fondos, ya sea un 10% o lo que resta de fondos, tendría un impacto muy fuerte en el consumo, incrementando aún más los precios. Esto unido de reactivación propia del ciclo económico, hace que el riesgo de mantener inflaciones altas en los próximos meses sea bastante real. No debemos olvidar las economías están pasando por un proceso inflacionario producto de la apertura considerando la disminución de restricciones por la pandemia. Por ello muchos especialistas rechazan esta medida a corto plazo.

Por otro lado, el efecto a largo plazo en la previsión de los chilenos es un problema complejo de abordar. Si se siguen sacando fondos de la AFP, el daño previsional a futuro tendrá un impacto que ningún gobierno querrá asumir. Ya con el tercer retiro muchas personas quedaron sin fondos previsionales (2 millones de afiliados Superintendencia de AFP ajunio de 2021) y un nuevo retiro, considerando sólo un 10%, incrementaría esta cifra millones. El problema se generará cuando dichas personas salgan de la población laboral activa y se quieran pensionar, transformándose en un problema no menor para el gobierno de turno.