La pérdida de la voz en el profesor

Para que se genere la voz es necesario que participen múltiples factores, además de una gran cantidad de estructuras y músculos, donde uno de los protagonistas es el músculo vocal que compone las cuerdas vocales.

Miércoles 22 de agosto de 2018

La pérdida de la voz en el profesor
escrito por

Francisco Sanhueza, docente de fonoaudiología, Universidad San Sebastián

Cuando nos encontramos con alguien que tiene algún grado de disfonía o pérdida parcial de la voz, sospechamos de algún cuadro gripal que esté presentando esta persona. Esto, generalmente es así, en temporada de bajas temperaturas como en el invierno; sin embargo, cuando esta disfonía tiene una duración superior a dos semanas y además dejamos de presentar los otros síntomas del resfrío, hay que prestarle mayor atención y consultar a algún profesional especializado en el área como un otorrinolaringólogo y/o fonoaudiólogo, especialista en voz.

Dentro de la disfonía, el grupo que presenta mayor riesgo de generar una alteración de la voz son los profesores, debido a las extensas jornadas laborales que incluyen un uso prolongado de ella, en ambientes poco “amigables”. Competir con el ruido que generan los alumnos en las salas de clases, así como repetir instrucciones a mayor volumen para captar la atención de todos los estudiantes, puede ser pan de cada día. Y esto, ¿Por qué generaría disfonía? En primera instancia hay que entender que para que se genere la voz es necesario que participen múltiples factores, además de una gran cantidad de estructuras y músculos, donde uno de los protagonistas es el músculo vocal que compone las cuerdas vocales.

Una jornada laboral exigente, genera una sobrecarga muscular debido a la continua participación de estos músculos durante las clases, lo que produce un desequilibrio anatomo-fisiológico, promoviendo una alteración de las estructuras involucradas en la fonación. Lo anterior, se produce porque como cualquier actividad que involucre una gran participación muscular, los músculos más fuertes ayudarán a los más débiles, sin embargo, y a pesar de esto, el músculo principal se cansará.

Por tanto, es fundamental darnos unos minutos de descanso, opción que -habitualmente- no tiene el profesor en el ejercicio vocal, ya que no puede interrumpir su clase ni descansar luego de ésta, a diferencia de un deportista, visto que probablemente tenga que dirigir otra clase más tarde, y así sucesivamente. Es por ello que, los profesores están propensos a daños a nivel de cuerda vocal, siendo muy frecuente en los nódulos, pólipos o disfonías músculo tensionales (DMT), entre otros.

Ante esta realidad, es importante que exista mayor consciencia sobre los cuidados de la voz, tomar los resguardos necesarios y generar un plan de tratamiento en el caso que haya algún grado de disfonía.  

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