La Comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional aprobó (con 18 votos a favor, 11 en contra y cuatros abstenciones), tres iniciativas que representan un nuevo sistema de salud, con características universales y de gratuidad. 

De aprobarse este modelo, implicaría un cambio radical al actual sistema de salud, que se basa en la provisión mixta público-privada, poniéndo término a las isapres y prohibiendo el lucro en los prestadores privados. 

Según lo votado ayer se crea un "Sistema Universal de Salud de carácter nacional, público e integrado", cuya base es la atención primaria, y plantea que "corresponderá exclusivamente al Estado la función de rectoría del sistema de salud, incluyendo la regulación, supervisión y fiscalización de las instituciones públicas y privadas". Este sistema "será financiado a través de un fondo único que mancomune las cotizaciones de la población con impuestos generales".

A su vez, este sistema único, universal y público, garantizará que "las prestaciones sean gratuitas al momento de su realización, que los actores que las presten sean sin fines de lucro, que asegure el acceso en un plazo razonable y otorgando prestaciones de calidad". 

Sobre este punto, la norma plantea que este sistema "comenzará a regir en un plazo máximo de un año desde la entrada en vigencia de esta Constitución".

Al respecto, el decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián, Carlos Pérez, indicó que no es necesario terminar con el sistema actual, sino que el privado puede ser una ayuda importante para resolver los problemas en el área de la salud.

"Todos los Estados del mundo deben garantizar el acceso oportuno y de calidad a la salud para toda la población. Desde el inicio y hasta el final de la vida, en todos sus aspectos: de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación, entre otros. Ello se puede realizar en el sistema público y privado de salud, no son excluyentes", indicó el Dr. Pérez.

"En la historia de nuestro país, ambos sistemas han sido un aporte. No es culpa del sistema privado que el público todavía no sea capaz de cumplir con las obligaciones -lo hace en la mayor parte de los casos de manera muy eficiente, el Plan Auge es una muestra de ello-, sin embargo, aún hay brechas que hay que resolver. Me parece justo que las personas puedan elegir cual es el sistema que prefieren para su atención de salud. De hecho, ambos sistemas pueden funcionar muy bien cuando están integrados, la mejor prueba de ello es lo ocurrido durante la pandemia", agregó el médico.