¿Qué hacer para cuidar la alimentación de los niños en verano?

Para incentivar el consumo de alimentos saludables los padres pueden utilizar estrategias para presentar de forma más llamativa y colorida frutas, verduras y lácteos a los niños; y así reducir el consumo de alimentos perjudiciales; especialmente aquellos azucarados, de alto contenido graso y con alto contenido de sodio; que son los principales precursores de la obesidad.

Viernes 3 de febrero de 2017

¿Qué hacer para cuidar la alimentación de los niños en verano?
escrito por

Daniela Marabolí, académica de Nutrición y Dietética, USS

Verano es tiempo de relajo y descanso, pero si hay un aspecto que no se puede descuidar en ninguna época del año, ese es la alimentación -y en especial de los niños- cuyos horarios tanto de comida como de sueño, suelen desajustarse durante las vacaciones. 

Durante el verano se debe tener especial cuidado con los hábitos alimentarios en los niños; ya que debido al cambio de rutina (del colegio a las vacaciones), se producen desórdenes en los horarios, principalmente por el aumento de actividades recreativas y cambios en las horas de sueño. Por lo mismo, debemos respetar los 4 tiempos de comida (desayuno, almuerzo, once y cena) en las horas correspondientes, y mantener una alimentación variada y equilibrada, y una hidratación acorde a la necesidad. Con estas estrategias evitaremos aumentos de peso y favoreceremos un crecimiento y desarrollo apropiado a cada edad.

Para incentivar el consumo de alimentos saludables los padres pueden utilizar estrategias para presentar de forma más llamativa y colorida frutas, verduras y lácteos a los niños; y así reducir el consumo de alimentos perjudiciales; especialmente aquellos azucarados, de alto contenido graso y con alto contenido de sodio; que son los principales precursores de la obesidad.

Se recomienda de 1 a 3 porciones de fruta al día, dependiendo de la edad del niño y de su requerimiento. Una estrategia para fomentar su consumo es realizar distintas preparaciones como helados, granizados, jugos naturales, entre otros; sin adición de azúcar e incluirlos en almuerzo y cena o como colación, también podemos adicionarle leche descremada e incorporarlo en desayuno u once”.

Para aumentar el consumo de verduras, en tanto, se sugiere incluir durante el almuerzo y cena ensaladas de distintos colores, debido a que cada verdura presenta una propiedad distinta; lo ideal es mezclar verduras de hoja verde con verduras de color. Se debe tener en cuenta que el choclo, los porotos y las arvejas pertenecen al grupo de granos, por lo que son equivalentes a consumir papas, arroz y fideos. Su consumo debe limitarse a ½ taza dependiendo del requerimiento del niño.

Como la hidratación juega un rol importante, se aconseja beber de 1,2 a 2 litros de agua diaria, la que puede ser a través de aguas con sabor, jugos de frutas naturales o jugos de fruta cocida, entre otros. Lo importante es que no estén azucarados, para lo cual se recomienda usar sucralosa o stevia. No es bueno tomar bebidas carbonatadas por su alto contenido de azúcar, sodio y otros componentes que no son saludables.

Respecto a la comida chatarra, se debe evitar su consumo reemplazando papas fritas compradas, por papas horneadas hechas en casa (manteniendo la forma), preparar sándwich con carnes bajas en grasa, palta, tomate, lechuga. “Como snack preferir cabritas sabor natural, cereal natural de arroz, frutos secos, palitos de verduras (zanahoria, pepino, apio, etc)”.

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