Las cifras de la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario reflejó que los hábitos de alimentación de los chilenos no pueden ser más malos. Un 95% come inadecuadamente, lo cual es concordante con el sobrepeso y obesidad de los adultos que alcanza un 70% y 50% en el caso de los niños en edad escolar. 

¿Estamos haciendo lo correcto en alimentación y nutrición para poder revertir esta situación? Creo que vamos por el camino correcto, pero a una velocidad inadecuada debido a una falta de voluntad política que ha sido histórica, ya que no hay políticas de estado en este tema y cada gobierno trata de instalar programas distintos.

En la actualidad faltan nutricionistas que puedan atender a embarazadas, las que en la última década han aumentado en un 63% la prevalencia de obesidad. Durante la gestación ocurre la programación fetal y el estado nutricional de la madre y su alimentación serán clave en el desarrollo de enfermedades crónicas.

A nivel escolar no existe educación, también se requieren profesionales de este campo en las escuelas. No se han aumentado las horas de actividad física real y la alimentación en los colegios, pese a realizar cambios, no han sido del todo exitosos.

A nivel del adulto se necesita una mayor educación, se culpa que la alimentación saludable es cara, pero no necesariamente equivale a comprar alimentos dietéticos. En general es mucho más económica y consiste en leguminosas, pescado, frutas y verduras, que se deben incorporar de forma habitual en nuestra alimentación.

Solamente realizando estos pequeños cambios dejaremos de ser parte de un 95% de los chilenos que se alimentan mal y lograremos cambios importantes en nuestra alimentación, salud y calidad de vida.