La violencia contra la pareja es un suceso muy frecuente. Afecta hasta 10% de las mujeres españolas y alrededor de 20% de la mujer norteamericana. Estudios chilenos señalan que una de cada tres mujeres ha vivido violencia física, sexual o psicológica por parte de sus parejas o ex parejas.

La violencia contra la mujer en el contexto de la relación de pareja, incluye desde actos que infligen daños o sufrimientos de índole física, mental o sexual, hasta las amenazas de cometerlos. Así, se presentan distintos niveles de gravedad, los que van desde manifestaciones muy sutiles hasta el crimen, una de las expresiones más brutales de violencia hacia la pareja, acompañada de mucha crueldad y ensañamiento hacia la víctima.

Uno de cada siete homicidios en todo el mundo implican el asesinato de la pareja íntima, y los hombres cometen cuatro veces más este tipo de delitos que las mujeres.

El 2015 hubo en Chile 45 femicidios dentro del contexto de la Ley de Violencia Intrafamiliar, una cifra lamentablemente histórica, pues en los últimos años se había mantenido en un índice detenido en 40 casos al año. ¿Quiénes fueron las víctimas de esta agresión? En los datos publicados en la página del Servicio Nacional de la Mujer, las víctimas correspondieron a mujeres de 14 a 73 años, la mayor parte con hijos e incluso embarazadas, donde la mitad vivía con su agresor. El empleo de arma blanca, arma de fuego, estrangulamiento se registraron como una de las formas más frecuentes para cometer el crimen.

Pero, ¿existe un perfil del agresor de este tipo de delitos? Los estudios a nivel mundial son escasos. La literatura existente evidencia una heterogeneidad entre los agresores de homicidios de la pareja íntima, de la cual se podría esbozar cuatro subtipos generales de autores de femicidios: los enfermos mentales, los hombres suficientemente controlados/desregulados, los abusadores crónicos y los sobrecontroladores. Existen análisis que señalan que los hombres que asesinan a sus parejas tienden a estar en una edad media de 30 años y si bien varios estudios los ubican con una escolaridad básica, hasta 13% corresponden a personas con estudios universitarios. Interesante es el hallazgo que un cuarto de los autores de femicidio fueron abusados cuando eran niños.

Los celos son un motivo frecuentemente citado por los femicidas. Sin embargo, la construcción relacionada con la envidia hacia la pareja también se refleja en las entrevistas forenses como una causal del delito. Los celos implican la posibilidad de retener el objeto que el individuo posee...la mujer, mientras que la envidia refleja el reconocimiento de la imposibilidad de obtenerla, de ahí este impulso por la destrucción.

Conocer el perfil del agresor de este tipo de delitos, favorece tanto la forma de abordar la rehabilitación como evaluar el beneficio de la libertad frente a la buena conducta carcelaria. Evidencias muestran que abusadores crónicos que tienen personalidades antisociales, sádicas y narcisistas responden menos favorablemente al tratamiento.

Existe un interés creciente en el ámbito mundial por la prevención de este tipo de delitos. Sin embargo, también existe la sensación que en nuestro medio el femicidio es una realidad invisibilizada del cual poco conocemos. La ley chilena es insuficiente hoy para prevenir y erradicar este tipo de violencia. El desafío es grande.