Los Departamentos de Salud Pública de varios países, tanto europeos como norteamericanos, han dado aviso sobre el alarmante aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS) como la gonorrea y la sífilis, las cuales hace algunos años estaban totalmente controladas y con tasas estables de nuevos casos cada año. En algunos registros estos aumentos de 2013 a 2014 son de 80% para sífilis, 30% para gonorrea y 33% para VIH.
Sin duda este aumento plantea una gran preocupación, pues hay varios factores involucrados además de la migración de la población, el acceso a viajes de placer, el aumento en el consumo de drogas y alcohol y la igualdad de género en el comportamiento sexual. Ya se venía advirtiendo sobre la tasa de incremento notorio de relaciones sexuales ocasionales sin protección en los/las adolescentes, estudiantes universitarias/os y población adulta joven. Así, la nueva tendencia de relacionarse vía web para conocer pareja o aplicaciones telefónicas para citarse a ciegas, es un fenómeno que sin duda ha favorecido las relaciones sexuales ocasionales y con personas desconocidas.
Varios estudios sociológicos muestran que actualmente la edad adulta joven, de 18 a 24 años, se caracteriza por una adultez emergente que está marcada por cambios fundamentales en las relaciones interpersonales y sexuales. La mayoría de las personas heterosexuales de esta edad no refieren relaciones de pareja estables, pero son sexualmente muy activas. En este grupo se observa que el placer es más importante que la afectividad y se ha observado una disminución notable del uso del uso del preservativo como medida de autocuidado.
Esta nueva forma de comportamiento pone sin duda a los adultos jóvenes en riesgo de exposición a las ITS hombre – mujer, considerando que la historia natural de la mayor parte de estas afecciones es de curso completamente asintomático, sin embargo, la cadena de contagio continúa hacia las personas en forma silenciosa. No obstante, las personas con ITS no diagnosticadas o tratadas pueden desarrollar problemas de salud a largo plazo como infertilidad, problemas neurológicos, alteraciones cardíacas y SIDA.
La red familiar y de profesionales debe estar atenta a estos cambios sociales, pues el incremento de ITS y de VIH/SIDA se avizora alarmante. En nuestra sociedad, además de reconocer el inicio precoz de las relaciones sexuales en nuestros/as jóvenes, se hace necesaria una estrategia integral para la promoción de una vida sexual sana y segura, que incluya niveles de intervención dirigidos a las personas en sus características individuales, considerando esta nueva forma en que se están abordando las relaciones sexuales. El mensaje es hacia la prevención y autocuidado, empleando consistentemente el preservativo y evitar las relaciones sexuales bajo la influencia de las drogas y el alcohol.