El Big Data como herramienta para mejorar la calidad asistencial

En esencia no se trata de acumular datos dispersos o que se puedan relacionar de dos o tres formas distintas. La tecnología puede contribuir a mejorar la gestión clínica a partir de la posibilidad de transformar información en Smart Data, para que el conocimiento sea la base de la toma de decisiones en los sistemas de salud y a la vez permita reducir sus costos.

Miércoles 5 de diciembre de 2018

El Big Data como herramienta para mejorar la calidad asistencial
escrito por Álvaro Mociño

La tecnología está ocupando un rol relevante, pero como un medio y no un fin para enfrentar desafíos como las enfermedades crónicas y el envejecimiento de la población.

Bajo ese escenario, la salud está cambiando a gran velocidad y especialmente en el desarrollo de la medicina preventiva y personalizada, la telemedicina y la digitalización de la salud en áreas como el uso de medicamentos.

Josep Monterde, doctor en Farmacia de la Universidad de Barcelona y especialista en farmacia hospitalaria aseguró durante el Congreso OFIL (Organización Farmacéutica Ibero Latinoamericana) que se realizó en la U. San Sebastián que en los próximos años “hay importantes retos planteados en lo que se refiere a la incorporación de las nuevas tecnologías”.

En el ámbito de la farmacoterapia, el experto español señala que “de tener una farmacia hospitalaria centrada en los medicamentos ahora se ha transitado a una centrada en el paciente y ese cambio de paradigma nos está empujando en todo el mundo a tratamientos cada vez más complejos y costosos”.

Asimismo, indica que cada vez está cobrando más fuerza “la hospitalización domiciliaria, lo que abre nuevos escenarios y nos dispersa en ámbitos de actuación y en las necesidades de especialización. A esto se suma, el verdadero Tsunami de la medicina personalizada que será la gran revolución de esta época, así como lo fueron en su momento los medicamentos de síntesis y la aparición de los antibióticos”.

Desde esa perspectiva, Monterde precisa que “la innovación farmacológica contribuye a importantes avances en el ámbito de los resultados en salud, pero también tensiona los sistemas, por el uso de medicamentos específicos y los mayores costos que representa para los recintos de salud”.

Por eso, agrega que existe “la tentación clásica de centrarse en medidas de corto plazo y no en aquellas que permiten cambiar la cultura y los hábitos de prescripción de los médicos, la actividad de las enfermeras y los químicos farmacéuticos, además de las instituciones sanitarias y de la población”.

Para resolver estos problemas se requiere del Big Data que permite relacionar masivamente los datos y combinarlos para saber lo que está pasando en la vida real y la salud de las personas.

En el ámbito farmacéutico, el académico y principal ejecutivo de Aserta Global Health Solutions enfatiza que son varias las herramientas disponibles como la prescripción electrónica, el registro de administración de medicamentos y el de trazabilidad, así como también los robots de dispensación.

No obstante, Monterde recalca que se requiere un plan estratégico y una metodología para poner en orden todo el conocimiento para aprovechar todas estas herramientas tecnológicas.

Además, plantea que el 50% de los sistemas de salud tendrán en un plazo de 5 años o más, programas específicos para la atención de pacientes de alto riesgo.

Incluso menciona un nuevo enfoque en el entorno farmacéutico como ocurre en Estados Unidos con las cadenas de farmacias que han implementado “Points of Care” no para la atención tradicional, sino que, para hacer un seguimiento a pacientes crónicos, como hipertensos y diabéticos y ver la adherencia a sus tratamientos.

Además, los sistemas electrónicos permiten gestionar de mejor forma el uso de los medicamentos, especialmente la prescripción de antimicrobianos.

Sin embargo, el experto advierte que la tecnología y la logística son un medio y no un fin, porque el objetivo es dar un salto de calidad en la atención asistencial.

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