Mis compañeras lograron encontrar su juego y dar un gran espectáculo. Ya han cumplido el primer objetivo que es clasificar a la fase final de la Copa América que se disputa en Chile, pero ahora viene lo más difícil y por lo cual han trabajado tanto. Toca enfrentarse a las mejores y lograr una clasificación histórica. Pero estoy convencida que lo conseguirán y le darán una gran alegría al país y al fútbol femenino.   

Sin embargo, es importante que estos esfuerzos no queden solo en la Copa América. El fútbol femenino necesita cambios y, para eso, la sociedad debe estar acostumbrada a mirarnos con otros ojos. No somos iguales, pero merecemos lo mismo: igualdad de derechos y oportunidades, tanto en la vida como en el fútbol.

Los clubes deben interesarse en su rama femenina. ¿Por qué? Porque es el mismo deporte, los mismos colores, la misma pasión y se defiende el mismo escudo. Con el tiempo ha ido mejorando, pero seguimos estando lejos de Colombia, por ejemplo, que ha profesionalizado su liga. Hace falta interés, desde entidades deportivas hasta los medios de comunicación. Sería egoísta decir que no hemos avanzado. Ahora con las normas puestas por Conmebol, podremos estar más presente que antes.

La ANFP, hace un año, ha vuelto a tomar el ritmo de nuestra actividad y ha permitido que la selección mayor tenga partidos internacionales a gran nivel. Pero, insisto, los clubes nos siguen viendo como un gasto y no como una inversión a largo plazo.   

No dejemos que las niñas con talento para este deporte no tengan ganas de intentar una carrera profesional en el fútbol chileno. La actual Selección Chilena de Fútbol Femenino está en su mejor momento. Yo no pude estar en esta Copa América por una lesión que me lo impide, pero sin duda que ver el desempeño del equipo me llena de alegría y orgullo. Solo espero que esta alegría se siga replicando en el tiempo y desde los clubes.

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La Tercera