Formación docente para una mejor educación universitaria

El aprendizaje es una sucesión de relaciones recíprocas entre la experiencia y la teoría, y la experiencia cobra sentido en tanto se vincula con los conocimientos previos y se desarrollan estructuras conceptuales para aplicar a nuevas situaciones.

Viernes 11 de agosto de 2017

Formación docente para una mejor educación universitaria
escrito por

Ana Palomino, académica U. San Sebastián sede Valdivia

La formación docente considerada como un proceso en el desarrollo profesional de los académicos, se constituye como el elemento central e imprescindible a la hora de articular el proceso de enseñanza aprendizaje.

Las nuevas generaciones de estudiantes universitarios son indudablemente distintas a las generaciones anteriores, puesto que la sociedad globalizada en la que se forman estos jóvenes, demanda cambios y miradas diversas como nunca antes, ya que cada día aparecen nuevas interrogantes y respuestas en las que hay que organizar saberes y actitudes profesionales.

El aprendizaje es una sucesión de relaciones recíprocas entre la experiencia y la teoría, y la experiencia cobra sentido en tanto se vincula con los conocimientos previos y se desarrollan estructuras conceptuales para aplicar a nuevas situaciones. Para que este proceso se realice con éxito es necesario modificar las estrategias cognitivas de los estudiantes, es decir, se hace fundamental que la docencia universitaria adapte el modo de enseñar para obtener los mejores resultados.

La práctica educativa del docente universitario debe constituirse en un entorno de desarrollo profesional y a la vez de crecimiento personal, construidos en espacios comunes en donde se compartan experiencias y se analice la situación de aula universitaria. Es la comunidad académica el espacio propicio para compartir y co-construir las directrices adecuadas al logro de metodologías propicias a los contextos diversos y a la evaluación auténtica. Todo esto se alcanza cuando los académicos reciben las herramientas correspondientes y comparten sus saberes y didácticas.

Es interesante el proceso dinamizador que se ha instaurado en los académicos de las distintas carreras de nuestra Sede, sobre todo los profesionales que no provienen del área de la  pedagogía, puesto que participan –activamente- en los diversos talleres de formación continua ofrecidos por la Dirección de Efectividad Educativa de la Vicerrectoría Académica de la U. San Sebastián. Los talleres, que son de formación inicial, están organizados para apoyar la transición constante de un paradigma de sucesivos cambios que requieren de acciones  movilizadoras que respondan a los perfiles de egreso de las carreras  e incluyen, entre otros, la Planificación de cursos, metodologías activas, evaluación para el aprendizaje, TICs, ABP y simulación clínica.

Si consideramos los datos de los dos últimos años de las certificaciones recibidas por los académicos de nuestra Casa de Estudios, en habilidades pedagógicas, tenemos en el año 2015 a 245 docentes capacitados; 209 en el 2016, y durante el primer semestre de 2017 a 110 docentes; datos que muestra el compromiso académico con el estudiante.

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