Las bebidas gaseosas y la alimentación de los chilenos

Es indispensable educar a la población que consume habitualmente bebidas gaseosas, con énfasis en los infantes.

Jueves 4 de febrero de 2021

Las bebidas gaseosas y la alimentación de los chilenos
escrito por

Solange Martínez, Académica de Nutrición y Dietética U. San Sebastián

El perfil epidemiológico ha variado drásticamente en los últimos 40 años, pasando del déficit al exceso, lo que supone un cambio del perfil alimentario. En este contexto, las bebidas gaseosas han jugado un rol importante. De hecho, Chile es uno de los países con mayor consumo de bebidas azucaradas.

Así lo confirmó la última Encuesta Nacional de Consumo Alimentario, que demostró que el 81,2 % de la población las consume, dato que va en ascenso a medida que disminuye el estrato socio económico. Su alto consumo cobra relevancia particularmente en personas que ya padecen obesidad o enfermedades crónicas (diabetes tipo 2, hipertensión arterial, hepatopatías, cardiopatías) aumentando la aparición de otras enfermedades o complicaciones de las mismas.

Las bebidas azucaradas aportan 44 kcal por 100 ml., sin embargo, el consumo habitual es de 200 ml. como mínimo, por lo que su aporte promedio sería de 90 kcal. Las bebidas ligth o zero se diferencian de las azucaradas, porque pueden estar endulzadas con caña de azúcar, jarabe de maíz alto en fructosa o edulcorantes no nutritivos como aspartamo, acesulfame k o estevia. Estos aportan O kcal. por porción, pero, por sus componentes y en consumo excesivo, pueden llegar a ser nocivos.

Por lo anterior es indispensable educar a la población, con énfasis en los infantes, ya que este grupo no debe consumir (sobre todo las carbonatadas) por la elevada cantidad de azúcares añadida, edulcorantes artificiales y ácidos, que no solo pueden aumentar los riesgos de enfermedades crónicas tempranas, sino también alteraciones bucales como erosión del esmalte de los dientes, riesgo de acumulación de placas y formación de caries.

Se recomienda que se disminuya el consumo de bebidas gaseosas (azucaradas, ligth o zero) sobre todo las carbonatadas, y se promueva a nivel individual y familiar el consumo de agua pura o de jugos naturales sin azúcar agregada.

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