La actividad física, una inversión en salud

La salud hoy en día debe verse con un enfoque integral, el llamado estilo de vida debe tener bases sólidas basadas en la evidencia científica actual. Lo ideal como consejo de vida saludable, no solo se basa en una alimentación balanceada sino también en ser una persona físicamente activa.

Miércoles 4 de abril de 2018

La actividad física, una inversión en salud
escrito por

Hugo Morales, académico de kinesiología, Universidad San Sebastián; Kiara Mayorga y Claudia Soto, estudiantes kinesiología, U. San Sebastián

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la cuarta causa de muerte a nivel mundial es el sedentarismo, término tan ocupado actualmente pero actualmente cuestionado.

Se nos ha dicho a lo largo de nuestras vidas que debemos tener una vida físicamente activa y que debemos alimentarnos de forma balanceada pero, ¿qué es realmente una vida físicamente activa?

En Chile se considera una persona físicamente activa si realiza tres veces por semana alguna actividad física por al menos media hora. No obstante, hay estudios que debaten sobre esto y que plantean que debemos también considerar nuestros “hábitos sedentarios”. En concreto, una persona que trabaja ocho o más horas al día en forma continua y la mayor parte del tiempo sentada, pero que tiene una vida físicamente activa no tiene todo asegurado ya que se consideraría una persona con hábitos sedentarios.  Por otro lado, una persona es catalogada como sedentaria si no realiza tres veces por semana actividad física con un mínimo de 30 minutos por sesión, sin embargo, hay algunas de estas personas que se desempeñan en un trabajo que demanda gran actividad física.

Entonces, ¿Cómo podemos ser o estar realmente saludables? ¿Basta con ser físicamente activos y tener una buena alimentación?

La salud hoy en día debe verse con un enfoque integral, el llamado estilo de vida debe tener bases sólidas basadas en la evidencia científica actual. Lo ideal como consejo de vida saludable, no solo se basa en una alimentación balanceada si no también en ser una persona físicamente activa pero además tener hábitos que reflejen esto, es decir,  reducir considerablemente los hábitos que son de carácter sedentario (pasar muchas horas sentado, usar ascensor en vez de escaleras, etc). De esta manera, además de sentirnos mejor vamos a disminuir considerablemente nuestro riesgo cardiovascular.

¿Qué es el riesgo cardiovascular? Según el programa de Salud cardiovascular actual de nuestro país, es la probabilidad que tiene un individuo de presentar una Enfermedad cardiovascular (ECV) en un plazo definido, en general de 10 años. De acuerdo a esto existen factores que determinan este riesgo, los cuales son:  Antecedente personal de enfermedad cardiovascular ateroesclerótica, Hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, Dislipidemia, tabaquismo y sedentarismo.

Si, por lo tanto nos detenemos a pensar en nuestros hábitos, es muy posible que la gran mayoría llegue a la conclusión de que es una persona sedentaria y además tiene hábitos sedentarios. Si a esto le sumamos que tal vez ya cumple con alguno de los factores de riesgos, entonces el panorama se complica aún más. No obstante, como futuros Kinesiólogos estamos en el deber de informarles que la actividad física es un factor determinante en cambio de estilo de vida para mejorar la salud y disminuir de esta forma el riesgo cardiovascular.

Cuando pensamos en aumentar la actividad física diaria muchas personas imaginan una gran demanda de tiempo para realizar estas actividades, pero no necesariamente debe ser así  ya que realizando cortas sesiones de ejercicio intenso se logran los mismos o mejores resultados  que hacerlo durante prolongados periodos de tiempo, todo esto siempre y cuando el ejercicio sea supervisado por un profesional competente en el área de la prescripción de ejercicio.

Los beneficios de la actividad física de forma regular son incontables y muy variados, entre ellos podemos encontrar : beneficios fisiológicos (controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal, regular la glicemia y disminuir los niveles de colesterol), psicológicos( mejora el estado de ánimo y disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión; aumenta la autoestima y mejora la calidad del sueño) y sociales (Aumenta la autonomía, integración social, esto es importante en el caso de discapacitación física o psíquica). De esta forma no solo encontraremos la ausencia de enfermedades, sino además nos sentiremos mucho mejor  y abriremos  un universo lleno de nuevas posibilidades y experiencias gratificantes para nuestras vidas. Por ello nos animamos a compartir esta experiencia y conocimiento para que juntos podamos trabajar para una mejor calidad de vida y salud.

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