Cesáreas en Chile: la "preocupante" realidad que mostró el informe del Instituto de Derechos Humanos

En 2014 y 2015, los alumbramientos por esta vía llegaron 51% promedio nacional, mientras que en 2013 alcanzó el 56%. A juicio de expertos, estos nacimientos se justifican en algunos casos, pero lo ideal es que sea por parto natural ya que así el llamado "apego" sea desde el mismo momento del parto y se evitan otros problemas asociados a ello como la obesidad.

Viernes 16 de diciembre de 2016

Cesáreas en Chile: la "preocupante" realidad que mostró el informe del Instituto de Derechos Humanos
escrito por Oscar G. Galaz

El Informe Anual de Derechos Humanos en Chile 2016 dado a conocer hace algunos días, junto con dar a conocer la realidad de nuestro país en materia de derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, que tiene impacto directo en la democracia, también trae un subtítulo denominado “violencia obstétrica y derechos humanos”, referido a la atención del embarazo, el parto y el puerperio, tanto física como psicológica.

En este punto, las cifras que mostró el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) indican que la atención de salud que se les proporciona a las mujeres durante el proceso reproductivo ha tenido logros significativos en el descenso de la mortalidad materna. Estos indicadores muestran una correlación positiva con el aumento de la cobertura de asistencia profesional del parto. En nuestro país, el 99,9% de los nacimientos ocurren en un hospital.

De hecho, Chile se encuentra entre los países con menor mortalidad materna del continente americano y el de menor mortalidad en Latinoamérica (OPS, 2012). Pero más allá de estas buenas cifras, hay un tema no menor: el alto porcentaje de nacimientos por cesarías versus partos vaginales. En 2014 y 2015, los alumbramientos por esta vía llegaron 51% promedio, mientras que en 2013 alcanzó el 56%.

Al respecto, el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, Juan Carlos Chirino, asegura que esta es una realidad de hace años en el país. Precisa que “la cesárea se considera una cirugía mayor, y en ese contexto, los riesgos se sobreponen a lo que es un parto vaginal y estos mayores riesgos generalmente se van asociando y tiene mayor repercusión a mediano y largo plazo”.

Dentro de estos impactos, dice el obstetra "está la lactancia materna, ya que una madre que ha tenido hijos por esta vía generalmente tiene mayor dificultad debido a que no se generó un cóctel de hormonas que se genera en un parto fisiológico, donde la lactancia materna es más exitosa. Y si es una cesárea programada que tuvo trabajo de parto es diferente también. Las cesáreas también se han relacionado con mayor índices de enfermedades mórbidas, mayor índices de alergias alimentarias o riesgos de complicaciones quirúrgicas y también está la importa del primer contacto que hay entre madre-hijo y que marca de ahí adelante la vinculación de ellos dos”.

Por su parte, el encargado de la sala de atención integral del parto del Hospital de la Florida, Gonzalo Leiva, indica que “el riesgo de la cesárea es que los embarazos siguientes van a ser categorizados de alto riesgo, porque en las siguientes gestaciones también está la implicancia de una cesárea; efectos como placentas previas, placentaciones anormales en la incisión de la cirugía anterior o infecciones”.   

Destaca el matrón que para el recién nacido la ventaja pasar por el canal vaginal “le permite una mejor adaptación al medio en términos metabólicos y respiratorios. También se ha visto mucho, con evidencia, de que al pasar por el canal vaginal hace que el bebé tome contacto con los microorganismos de la vagina de la madre y al llegar a su destino, permite  el desarrollo de sus sistema inmune de una manera mucho más adecuada que al nacer por cesárea”.

Y para la madre, Leiva dice que “un parto vaginal tiene la ventaja asociada de menos dolor y menos posibilidad de complicaciones severas inmediatas. Además, la lactancia materna se instala de manera mucho más exitosa”.  

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