Tomar clases de natación no es un seguro de vida

Experta en esta disciplina, destaca la importancia de la compañía de los adultos y recomienda que los niños sean mayores de 5 años. “No hay que olvidar que las piscinas en general son un ambiente de riesgo”, dice la profesora de clases de natación.

Martes 10 de enero de 2017

Tomar clases de natación no es un seguro de vida
escrito por USS

Cuando ya las altas temperaturas llegaron para quedarse, hacer natación se perfila como una atractiva actividad para niños y adultos. Sin embargo, cuando se trata de clases regulares o cursos masivos, es ideal que sean niños mayores a los 5 años, indica la profesora de natación, Marisa Traverso.

Esta edad es ideal porque normalmente los niños ya han tenido experiencia en un jardín infantil, donde entienden instrucciones y son capaces de trabajar con otros niños alrededor. “En esta etapa, un niño tiene ciertas características que facilitan el orden dentro de la clase, porque no hay que olvidar que son una situación riesgosa, las piscinas en general son un ambiente de riesgo”, detalla.

“Con niños pequeños, la gente no debería tener piscina. Pero en caso de tener, que la reja sea alta, sin elementos que los niños puedan arrastrar para pasar por sobre la reja y sin objetos atractivos dentro de la piscina”, destaca Traverso, quien además es vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián.

Frente a los riesgos, asegura que “tomar clases de natación contribuye y ayuda, pero no representan necesariamente un seguro de vida, ya que muchos niños se caen y se golpean. Es ahí donde está el mayor peligro”. Es por esto que menciona que la supervisión permanente y tomar todas las medidas pertinentes para evitar estos riesgos, son siempre necesarios.

Sobre los flotadores, alitas o tallarines para los niños, la discusión ha ido evolucionando. Actualmente, según cuenta la experta, ya no importa si quiere usar alitas o no, “lo importante al fin y al cabo es que el niño se mueva, que se sienta seguro y se atreva a nadar”.

“Uno va viendo que los niños tienen cierta autonomía y de a poco es bueno ir desinflando las alitas, hasta que se dé cuenta solo que no necesita de estos flotadores para nadar. Esto siempre con la supervisión de los padres y no hay que olvidar que todos los niños son distintos, entonces, no hay edad para esto. Puede ser a los 5 o a los 8, y está bien”, afirma la profesora.

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