Hablar de inclusión pareciera fácil. El término se usa en programas de televisión, en discursos sociales y políticos, la mayoría de las escuelas y colegios lo utiliza  como sinónimo de aceptación de niños que física o cognitivamente parecieran diferentes. Pero, ¿qué es? ¿Qué implicancia tiene? ¿Cómo un fonoaudiólogo puede favorecer la inclusión en las escuelas?

Para comprender bien el término, es necesario primero creer fehacientemente que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, según la Declaración Universal de DDHH de la ONU (1948) y que, como seres humanos, somos únicos e irrepetibles con necesidades e intereses diferentes. Así, la inclusión consiste en identificar y eliminar las barreras que  obstaculizan la participación de todos los miembros de la sociedad como seres iguales en derechos.

Desde mi experiencia como fonoaudiólogo, la inclusión escolar se refugia en los mismos principios, entre los que se deben identificar las barreras y se debe responder a la diversidad de las necesidades de los estudiantes en relación a sus tipos de aprendizaje, de su cultura e intereses, buscando brindar educación de calidad a todos. Para lograrlo es necesario el trabajo en conjunto del equipo de la comunidad educativa, que no es un proceso fácil, ya que se deben dejar de lado individualismos y poner a disposición de todos los integrantes de la comunidad, las competencias y conocimientos. Es indispensable que el trabajo sea coordinado para que el/la estudiante sea lo más beneficiado posible. Es importante aclarar que cuando me refiero a estudiante, puede ser un niño con alguna Necesidad Educativa Especial o no, ya que como se planteó, al ser diferentes, todos tenemos necesidades diferentes.

Para lograr lo anterior el Ministerio de Educación ha dictado normativas legales como el decreto 170/2009, 1300/2002 y otros, que norman la forma de intervenir a los niños que presentaban Necesidades Educativas Especiales. También dictó el decreto 83/2015, que norma la diversificación de la enseñanza, donde se enfatiza el uso del DUA, Diseño Universal de Aprendizaje, que debiera cubrir las necesidades de aprendizajes de todos los niños en la sala de clases. Involucra cambios y modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los estudiantes y la convicción de que es la responsabilidad del sistema regular y educarlos a todos.

Según este decreto, 83/2015, los profesionales que trabajan en la escuela, incluyendo al fonoaudiólogo, debiesen beneficiar a todos los estudiantes de la sala de clases, por lo cual, el trabajo de este profesional no se limita  sólo a la atención de niños con trastornos del lenguaje o la comunicación, sino a todos, involucrando incluso el acercamiento al aula de clases.

Es por esto que es tan necesario que el fonoaudiólogo logre trabajar en equipo con los profesores diferenciales, los profesores de aula, psicólogos, asistentes sociales, asistentes de la educación en general y familias. Para esto se establece el tiempo de trabajo colaborativo, pero en la normativa no se especifica el tiempo para las profesionales no docentes, por lo cual existen grandes diferencias entre el tiempo colaborativo que se da en los distintos establecimientos.

Podemos concluir que la inclusión, a nivel social y educativo, es aún una meta difícil de alcanzar, ya que para lograrla necesitamos grandes cambios, en especial de mentalidad. Sólo así lograremos comprender que la inclusión es aprender a vivir, aprender y trabajar juntos; es compartir las oportunidades y los bienes sociales. Nos queda que al menos los cambios que ha implementado el gobierno, incluyendo la última ley de inclusión escolar que asegura la calidad de la educación, van en el camino correcto.