Cáncer de Mama en Chile

En el país, la primera causa de muerte de las mujeres es el cáncer de mama, pero algo alentador es que como en muchos tipos de cáncer el diagnóstico precoz aumenta significativamente las probabilidades de que los tratamientos médicos y/o quirúrgicos sean con fines curativos y no paliativos.

Martes 31 de mayo de 2016

Cáncer de Mama en Chile
escrito por

Diana Paredes, docente de obstetricia y matronería USS

El cambio del perfil epidemiológico en la población chilena ha llevado al brusco aumento de la incidencia de patologías crónicas y degenerativas, entre estas el cáncer. Según datos del DEIS, el 2011 la tasa de mortalidad por tumores maligno ascendió a 137,2 por cada 1.000 habitantes.

En Chile, la primera causa de muerte de las mujeres coincide con este tipo de patologías, siendo el cáncer de mama el que ocupa este lugar, pero algo alentador es que como en muchos tipos de cáncer el diagnóstico precoz aumenta significativamente las probabilidades de que los tratamientos médicos y/o quirúrgicos sean con fines curativos y no paliativos. Específicamente el cáncer de mama diagnosticado en etapas iniciales tiene cerca del 95% de probabilidad de cura, por lo que nos encontramos frente a una muerte que es prevenible.

Hasta el día de hoy, en el sistema público de salud, matronas y matrones realizan el examen físico de mama e instruyen a las mujeres a realizarse el autoexamen de mama para que  lo puedan realizar mensualmente y poder consultar oportunamente en caso de encontrar algún signo de alarma.

Pero es importante destacar que el realizarse este autoexamen no  es suficiente ni sustituye el control con mamografía. Este examen de imagen es con lo que se cuenta actualmente para realizar un efectivo diagnóstico precoz del cáncer de mama, mucho antes de  que alguna masa sea percibida a través de la palpación externa.

En el caso de mujeres embarazadas, los expertos recomiendan realizar el diagnóstico utilizando ultrasonido, siendo este el método más eficaz para el diagnóstico durante el embrazo y lactancia, ya que el rendimiento de la mamografía disminuye con el aumento de densidad del tejido mamario.

Con estos antecedentes es necesario e importante  concientizar a la población, educarla e infórmale del propósito de controlarse en forma periódica. Para este caso la recomendación es que las mujeres sin factores de riesgo de cáncer de mama, comiencen a tomarse mamografías desde los 40 años y continúen una vez el resto de los años y las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama  a partir de los 35 años.

Por otro lado, en el Plan AUGE existe un programa de salud preventiva al que tienen acceso las personas que están inscritas tanto en FONASA como en el sistema privado. Este programa explícita que todas las mujeres entre 50 y 54 años de edad tienen derecho a una mamografía sin costo cada 3 años y en caso de obtener algún resultado alterado, son derivadas a especialista.

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