La pérdida de la sensibilidad auditiva emerge como consecuencia del uso de auriculares en alto volumen y por largas jornadas, debido al teletrabajo, las clases online y la comunicación a distancia.

Expertos plantean que los audífonos pueden dañar los oídos de la misma manera que el ruido de una sierra. Si estos dispositivos se usan al 70% de su máximo volumen generan cerca de 85 decibeles, mientras que una sierra 100.

Si estos dispositivos son usados sin control de intensidad, el mayor riesgo es la pérdida de la audición. “Existe una dosis de ruido que las personas pueden recibir a diario. A través de los auriculares podemos llegar a recibir un promedio de intensidad de sonido de alrededor de los 85 decibeles y considerando la dosis de ruido, esta no debería ser mayor a 5 a 6 horas diarias”, explica Juan López, académico de la carrera de Fonoaudiología de la U. San Sebastián.

El especialista agrega que los auriculares de inserción, es decir, que van dentro del conducto auditivo, tienden a ser más nocivos que los auriculares de oclusión (tipo orejera), ya que “como el parlante está más cerca de las estructuras del oído hay menor disipación del sonido y mayor probabilidad de golpes de presión sonora”.

Sostiene que las alteraciones auditivas ocurren por exposiciones continuadas y por largos periodos, por lo que hay que poner atención al efecto sumativo.

El especialista recomienda: Preferir auriculares tipo orejera, escuchar a un nivel que no supere el 60% del volumen máximo y considerar tiempos de descanso auditivo de 5 minutos.