El rol de la psicología en el tratamiento del dolor crónico

Este malestar trasciende a lo que constituye una simple enfermedad. Por eso es que es esencial enseñar las bases de la psicología a otros profesionales de la salud para ayudar a los pacientes. Este enfoque complementario al trabajo multidisciplinario se ha ido extendiendo en el mundo para enfrentar un problema que tiene un fuerte impacto personal y social.

Miércoles 10 de abril de 2019

El rol de la psicología en el tratamiento del dolor crónico
escrito por Álvaro Mociño

“No debemos olvidar que vivimos envueltos en un tremendo ambiente que le encanta hacernos sentir enfermos”, dice Tamar Pincus, doctora en Psicología de la Universidad de Londres y Master en Metodología de la Investigación Experimental y Epidemiología de la Universidad de Cambridge.

De visita en la U. San Sebastián, invitada por la carrera de Kinesiología, la experta internacional una charla sobre los “Factores Psicológicos y Oportunidades de Tratamiento del Dolor Crónico”, patología que, por sus efectos en el ámbito individual y social, muchas veces ha sido propuesta para integrar la canasta de prestaciones del Plan AUGE o (GES).

La especialista en psicología del dolor, señala que “no es bueno para los pacientes ni el sistema de salud que los profesionales nos olvidemos de que somos personas” y plantea que para enfrentar este problema es necesario conocer su modelo biopsicosocial.

La académica explica que “se trata de una conceptualización de qué es lo que le pasa a una persona cuando está con dolor. En el centro se encuentra la experiencia o el comienzo del dolor y después está envuelto por la cognición que se refiere a lo que piensa la persona sobre esta experiencia. Luego aparece, el estado de ánimo, ansiedad, frustración y depresión del paciente y también como actuamos con el mundo que nos rodea”.

También señala que en las primeras etapas del dolor hay un refuerzo para comportamientos o creencias que son inútiles y en las últimas etapas con dolor crónico, es difícil impactar las conductas porque ya hay emociones arraigadas al respecto.

Asimismo, indica que “las personas tienen una serie de creencias frente al dolor que no son ni buenas ni malas. Una de ellas es pensar que si voy a trabajar con dolor lumbar me va a hacer mal. Otra se refiere a que cada vez que tengo dolor, debo tomar antiinflamatorios”.

En ese sentido, afirma que “lo más difícil para los fisioterapeutas es motivar a los pacientes para que se muevan y muchas veces se enojan porque piensan que están haciendo todo el trabajo.  Porque el dolor es una parte importante de la vida, aunque no lo queremos, igual que no nos gusta envejecer o perder a gente que queremos”.

En etapas iniciales, el hacerse cargo del dolor agudo puede generar comportamientos poco saludables. Como cuando una persona evita moverse por miedo a sufrir dolor”, sostiene Pincus.

Enfatiza que en la sociedad actual “el mensaje con el que estamos viviendo todos los días es que tenemos que ser lindos atléticos, ricos, poderosos y nunca tener dolor. Después nos sorprendemos porque existe una epidemia de depresión”.

Por eso dice que “hay que hacerse cargo del paciente completo en todas sus dimensiones frente al dolor”.

Desde esa perspectiva, Tamar Pincus indica que la psicología contribuye para que los profesionales adquieran “las habilidades que les permitan ayudar a las personas, porque los recursos de la mente son succionados por el dolor, porque el cerebro constantemente está procesando el dolor y le quita atención al resto de los objetivos, lo que impide al paciente que resuelva su problema”.

 

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