Palacio Pereira: auge, abandono y rescate de una sede para la nueva Constitución

El Palacio Pereira es uno de los edificios donde sesionarán los 155 integrantes de la Convención Constitucional que elaborará la nueva Carta Magna en un plazo de entre 9 y 12 meses. El arquitecto y académico USS, Gonzalo Carrasco, analiza su historia y valor patrimonial.

Lunes 5 de julio de 2021

Palacio Pereira: auge, abandono y rescate de una sede para la nueva Constitución
escrito por Álvaro Mociño

Dos monumentos nacionales serán sedes de la Convención Constitucional. Uno de ellos es el Palacio Pereira, una antigua mansión de estilo neoclásico ubicada en la calle Huérfanos. El otro corresponde al edificio del ex Congreso Nacional entre las calles Bandera, Compañía, Catedral y Morandé y que fue construido en terrenos pertenecientes a la orden jesuita.

El Palacio Pereira fue realizado por el arquitecto francés Lucien Ambroise Hénault entre 1872 y 1874 y fue la residencia del senador de la República, Luis Pereira Cotapos.

“Hénault, arquitecto de la École des Beaux-Arts (Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París), se basó en la tradición del clasicismo francés. Algunas señales de esto las encontramos, por ejemplo, en el motivo central que define su acceso por calle Huérfanos, resuelto mediante el avant-corps (parte de una edificación que avanza respecto al cuerpo principal) y en su composición de columnas dobles coronadas por un frontón triangular que se eleva sobre la cornisa”, dice Gonzalo Carrasco, académico de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad San Sebastián

Sin embargo, el docente precisa que este palacio hizo suyas “algunas de las características del hotel particular francés (tipo de residencia señorial o mansión urbana), desarrollado entre mediados del XVII y el  XIX. Este es el caso del volumen principal hacia Huérfanos, que sigue alguna de las características de los Corp de logis o fachadas principales de sus referentes europeos”.

Su rescate

Luego de varios intentos de restauración, el 2011 el Estado de Chile compró el inmueble y, a través del Ministerio de Obras Públicas, llamó a un concurso internacional para recuperar el histórico edificio.

El arquitecto USS dice que lo del Palacio Pereira es un caso modelo en varios aspectos, ya que pocas veces se ha reunido a un grupo de arquitectos, arqueólogos, restauradores y expertos patrimoniales para coordinar todos los aspectos de una obra.

“En el proyecto se optó por una mezcla de dos estrategias de intervención: conservación y renovación. Es decir, trabajos de recuperación de elementos estilísticos y característicos del edificio junto a la incorporación de una obra nueva que se integrara al palacio a través de un contraste armónico”, detalla Gonzalo Carrasco.

Asimismo, explica que fue un desafío importante el hecho de devolver la resistencia a la estructura original, “gravemente deteriorada después de 40 años de abandono y la pérdida de las estructuras de vigas de roble y pisos de madera que actuaban como diafragmas. Como no existía norma para edificios de albañilería simple, el equipo técnico decidió construir una losa sobre el envigado original de 7 centímetros, lo que permitió mantener todas las fachadas juntas. También se logró rescatar el 60% de las superficies ornamentales originales”.

Valor histórico y patrimonial

Gonzalo Carrasco señala que el Palacio Pereira y el ex Congreso Nacional “colaboraron a dar forma a un Santiago republicano que se encaminaba a la modernidad dejando atrás su tradicional estructura colonial”.

Además, explica que ambos proyectos fueron testigos de un momento clave en que la arquitectura chilena se vio enriquecida por la experiencia de profesionales extranjeros como Claude-Francois Brunet de Baines y el propio Hénault, quien también participó en el proyecto para la casa central de la Universidad de Chile.

Desde el punto de vista histórico, el arquitecto señala que el propio Palacio Pereira se puede entender como un fragmento de la historia del país.

“Hasta 1932 fue una mansión de la burguesía enriquecida con el auge de la minería de la segunda mitad del XIX. Luego se convirtió en recinto del Arzobispado de Santiago, después en el Liceo de Niñas y, a comienzos de los años 70’, en la sede del Frente de Estudiantes Revolucionarios. Dos veces fue declarado Monumento Nacional (1974 y 1981), sufrió daños por terremotos y fue campo de especulación inmobiliaria. Ahora será el escenario de uno de los hechos más relevantes de la historia política de Chile: la redacción de una nueva Constitución”, concluye el académico USS.

Actualmente, el Palacio Pereira es también un espacio del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, que tiene como misión promover el patrimonio cultural material e inmaterial.

Sitios de interés