Buenos ciudadanos: formación desde la infancia

Los niños son permeables no solo a los discursos que los adultos les entregan, sino que para ellos nuestras actitudes y la forma en que nos comportamos marcan un precedente que articulará su forma de ser y actuar en la sociedad.

Martes 22 de noviembre de 2016

Buenos ciudadanos: formación desde la infancia
escrito por

Rosana Alday, académica U. San Sebastián

Desde el Mineduc se ha impulsado un Plan de Formación Ciudadana que se debe implementar en todos los establecimientos educacionales del país, buscando entregar un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que son necesarios para vivir en una sociedad democrática, como la que tenemos hoy en Chile.

Estas herramientas, para la vida en sociedad que se van a entregar en el trabajo diario con los estudiantes, son primordiales para nuestra convivencia nacional, ya que al pretender formar personas integrales, con autonomía y pensamiento crítico, se responde a las aspiraciones de formación que tienen tanto las escuelas como las familias.

Y comenzar con este trabajo desde los más pequeños es vital para el éxito que se busca de estas políticas públicas que pretender formar a ciudadanos más empoderados de sus derechos, pero también consientes y responsables de sus deberes.

Los niños son permeables no solo a los discursos que los adultos les entregan, sino que para ellos nuestras actitudes y la forma en que nos comportamos marcan un precedente que articulará su forma de ser y actuar en la sociedad. Por ello es muy relevante que los adultos seamos consecuentes entre lo que decimos y hacemos, ya que formar ciudadanos con principios éticos, capaces de construir una sociedad basada en el respeto, la transparencia, la cooperación y la libertad parte por nosotros, responsables de las generaciones futuras, y es un trabajo que se debe realizar con el respeto que merece la infancia.

Una formación desde los primeros años en estos conocimientos, habilidades y actitudes es de suma importancia para el desarrollo de nuestros niños y niñas, ya que no solo forman a un ciudadano más participativo de su entorno, sino que indudablemente a una persona más íntegra y capaz de tomar un rol fundamental en la sociedad en la que le toca vivir. Con esto aseguraríamos que ellos vivan en una mejor sociedad y que serán el motor de los cambios que el futuro puede exigir, de una convivencia más justa y equitativa.

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