Vacaciones invitan a vivir la amistad en sus distintas dimensiones

El uso del tiempo libre y la vida grupal adquieren mucha relevancia, en especial por la forma en que debiesen ser usados para promover el autocuidado y la renovación de todas las energía mentales para promover un descanso reparador.

Lunes 20 de julio de 2015

Vacaciones invitan a vivir la amistad en sus distintas dimensiones
escrito por

Roberto Sepúlveda, académico Fac. Psicología USS, Concepción

Durante esta semana muchos adolescentes inician su período de vacaciones de invierno. Así el descanso y la diversión junto a los amigos y amigas son parte de los panoramas propios de esta época del año. Es un momento en que el uso del tiempo libre y la vida grupal adquieren mucha relevancia, en especial por la forma en que debiesen ser usados para promover el autocuidado y la renovación de todas las energía mentales para promover un descanso reparador.

Existen distintos grupos de amigos, con funciones psicológicas muy variadas para favorecer la construcción de la identidad y promover la vida sana. Así, podemos mencionar los grupos denominados 'de elaboración', los que ayudan a trabajar y pensar las penas, confusiones y fantasías propias de este momento de la vida y permiten, de paso, sentir que no se está solo viviendo este proceso de cambio, tanto en la forma de pensar como de sentir la vida. Es recomendable fomentar estas amistades, pues son un gran soporte para contener las angustias y los desbordes impulsivos frente a la frustración.

Otros grupos son aquellos denominados 'de sinceramiento', los cuales permiten brindar apuntalamiento y consejería cuando los adultos presentan inconsistencias en sus conductas y opiniones, lo que genera gran desorientación en los adolescentes. Otro grupo muy común en esta época es aquel denominado 'de apoyo'. Estos adolescentes se apoyan brindando lineamientos concretos para ayudar a otro adolescente a afrontar problemas o dificultades subjetivas u objetivas tanto en las relaciones románticas como en las académicas. Estos grupos sirven como orientadores de la conducta para dar resolución adecuada a las situaciones problema.

Entonces, cada una de estas funciones psicológicas de la vida grupal se enmarca dentro de una forma denominada pandilla o patota, que se caracteriza por ser muy poco permeable al mundo adulto e inclusive a otros grupos de adolescentes. Esta caracterización básica de la vida grupal en la adolescencia, representa la base de la socialización en la adolescencia inicial, lo que facilita el andar hacia la juventud y después hacia la adultez. Permite ir soltando de a poco los lazos de dependencia de los padres, dando la posibilidad de fortalecer la habilidad de escoger reflexivamente aquello que está más cerca de nuestros intereses. Es necesario, entonces, que se estimulen y supervisen la forma y las funciones que tienen los grupos que nuestros adolescentes construyen para permitir la exploración de las oportunidades que ofrece el vivir.

La amistad se vive dentro de un grupo social y es una relación voluntaria, cercana y duradera, que permite sensaciones de bienestar y alegría. Por eso, una de las maneras de conocer la forma en que se están desarrollando la adolescencia y muchas de sus tareas evolutivas, tiene una señal, un síntoma, en quienes están rodeando, validando, aconsejando y acompañando a quienes queremos. Así podremos intervenir a tiempo y apoyar un crecimiento sano.

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