Hoy es común ver en las consultas dentales pacientes que acuden para blanquearse los dientes, embellecerlos o enderezarlos, pero hay que considerar que para cuidar la estética de éstos, se debe trabajar desde la niñez. 

En los niños podemos prevenir anomalías dentomaxilares al momento de evitar la persistencia de malos hábitos, como por ejemplo: “chuparse el dedo”, o cuando postergamos una extracción prematura de dientes temporales -causa frecuente del apiñamiento dentario- pues los dientes definitivos no están preparados aún para erupcionar, cerrándose el espacio para ellos en los maxilares. 

De todas maneras, si las anteriores circunstancias se dieran, es posible a una edad temprana corregir las malposiciones y anomalías maxilares aprovechando la plasticidad que da el crecimiento y el desarrollo. 

Lo anterior se facilita si llevamos a nuestros hijos en forma regular al odontólogo; quién los examinará y detectará con antelación estos cuadros y mantendrá saludables tanto a dientes como encías, porque “la belleza de la salud” con dientes indemnes y alineados, con una encía que les recorre de color rosado pálido, requiere cuidado y son la base para generar una bonita sonrisa. 

Posteriormente y pasada la adolescencia aparece la inquietud por el color; de cuán blanco tengo los dientes. Sobre este tema hay que ser prudente y pensar que algunos tonos de blanco que aparecen en algunas propuestas estéticas, son creadas artificialmente para aumentar el mercado de consumidores, lo que lleva a generar en un número importante de personas una verdadera “blancomanía”, individuos siempre insatisfechos con su color dentario. 

No obstante lo anterior, los dientes se pueden aclarar, el cuanto se aclaren depende de múltiples factores, como por ejemplo: el origen de la discromía o de las tinciones dentarias, factor que influye fuertemente en el resultado aclarador final. Las tinciones de origen intrínseco son las más difíciles de aclarar como por ejemplo las provocadas por el consumo a edad temprana de fármacos como las tetraciclinas. Las de origen extrínseco en cambio, son más fáciles de aclarar obteniéndose mejores resultados (tinciones de alimentos, tabaco, envejecimiento, etc.). 

En fin; el cuidado de la dentadura pasa primordialmente por mantener nuestra boca higienizada y libre de enfermedades como caries y la enfermedad de las encías, porque a partir de ahí podremos generar la tan anhelada “sonrisa fascinante”.