Una vida en movimiento y saludable

Debemos considerar este hábito saludable como el mejor "fármaco" para prevenir y combatir una larga lista de afecciones que van apareciendo con el envejecimiento y los estilos de vida no saludables.

Miércoles 9 de septiembre de 2015

Una vida en movimiento y saludable
escrito por

María Victoria Sáez, Docente Kinesiología U. San Sebastián, Concepción

Las principales causas de mortalidad y enfermedad en nuestro país son las patologías cardiovasculares. Los pilares fundamentales para prevenir y controlar sus factores de riesgo radican en el equilibrio entre cuatro puntos: mantener chequeos médicos anuales; llevar una alimentación equilibrada de proteínas, grasas y carbohidratos, según las necesidades personales; práctica regular y efectiva de actividad física y la voluntad de querer mantenerme sano.

Los kinesiólogos somos promotores del movimiento y como nuestra mente y cuerpo fueron diseñados para movernos, es que me voy a referir al tercer punto: actividad física regular y efectiva. Entendemos por actividad física toda acción que demande un gasto energético adicional a las actividades de la vida diaria. Cuando esta actividad es planificada y dosificada lo llamamos ejercicio físico.

Cada organismo posee un ejercicio físico propio, en cuanto al tipo, intensidad, duración y frecuencia con que se realice. Esta diferenciación radica en los objetivos terapéuticos de cada sujeto. Por ejemplo, si padezco diabetes mellitus y/o hipertensión, el objetivo terapéutico será disminuir el azúcar en la sangre y reducir los niveles de presión arterial respectivamente. Es por esto que debemos considerar este hábito saludable como el mejor "fármaco" para prevenir y combatir una larga lista de afecciones que van apareciendo con el envejecimiento y los estilos de vida no saludables.

La Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano del Deporte han definido lineamientos básicos respecto de ejercicio físico para toda la población adulta con o sin factores de riesgo cardiovascular. Se ha establecido que debemos realizar mínimo 150 minutos a la semana de actividad física para no ser sedentarios, lo que equivale a 30 minutos, 5 días a la semana. Estos 30 minutos se pueden parcelar en períodos de 10, pero –recuerden- no pueden ser las actividades domésticas o laborales. Ahora bien, si el objetivo es reducir el peso corporal, el tiempo semanal recomendado es de 250 a 300 minutos, esto equivale a una hora diaria de ejercicio, la cual también puede ser parcelada durante el día.

Respecto al tipo de ejercicio recomendado, éste debe incorporar actividades aeróbicas, que involucren grandes grupos musculares (running, bicicleta, spinning, natación, zumba, baile entretenido, entre otros) y actividades de musculación (trabajo con mancuernas, bandas elásticas o el propio peso del cuerpo). Todo lo anterior acompañado de técnicas de elongación. Así estará cuidando, más importante que su imagen física, su salud.

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