La importancia de la compañía en la vejez

La oportunidad de compartir experiencias con sus pares, reír, aprender, conocer a otras personas o simplemente salir de sus casas para pasar unas horas haciendo algo diferente, genera en ellos una sensación de bienestar que no siempre el observador externo logra aquilatar.

Jueves 29 de octubre de 2015

La importancia de la compañía en la vejez
escrito por

Jean Gajardo, Terapeuta Ocupacional e investigador IPSUSS

A partir del Programa Paciente Empoderado que IPSUSS está llevando a cabo, hemos podido notar la importancia que tiene para los participantes el contar con un espacio de encuentro con otras personas. Los talleres no sólo han entregado conocimientos para el autocuidado en salud, sino que también han aportado compañía y amistad. Y los propios participantes se han sentido gratamente sorprendidos por la experiencia de compartir con otras personas durante una mañana, saliéndose de sus rutinas y generando en muchos de ellos el deseo de 'volver a vernos' la semana siguiente.

La oportunidad de compartir experiencias con sus pares, reír, aprender, conocer a otras personas o simplemente salir de sus casas para pasar unas horas haciendo algo diferente, genera en ellos un bienestar que no siempre el observador externo logra aquilatar.

El sentirse acompañado es algo que importa a lo largo de todo el curso de vida. No obstante, durante la vejez tiene una relevancia particular debido a que durante esta etapa de la vida ocurren pérdidas que modifican la red social y la biografía, como el fallecimiento del cónyuge y amigos. De igual modo, las personas mayores encuentran menos oportunidades de participar en los escenarios sociales que comúnmente nos permiten construir nuestra red social de apoyo.

Es importante diferenciar el "sentirse" solo del "estar solo". El sentirse solo responde a la valoración que la propia persona hace de su red social y compañía. Esta valoración personal y subjetiva no tiene necesaria relación con el número de personas que formen nuestra red social o la frecuencia de esta compañía. Por ejemplo, si bien en Chile los adultos mayores viven mayoritariamente con su familia (70%), un alto porcentaje de ellos manifiesta sentirse solo o falto de compañía (40%).

Por su parte, el estar solo hace mención a una medida objetiva de la red social de una persona o el acceso a participación y apoyo social. Usualmente se denomina aislamiento social. Según la Tercera Encuesta de Calidad de Vida en las Personas Mayores, 1 de cada 4 personas mayores se siente excluida o aislada de los demás.

Según la encuesta CASEN, porcentaje de personas de 60 años o más que viven solos en es cercano al 15% y por su parte, quienes viven acompañados lo hacen principalmente de sus cónyuges, hijos o nietos. Siguen aumentando los hogares unipersonales y de personas mayores que no han tenido hijos.
¿Qué sucede con la participación social de las personas mayores? ¿A qué se deben sus sentimientos de soledad y el aislamiento social que perciben?

La soledad y el aislamiento se producen debido a barreras estructurales para la participación. Sin importar el aumento sostenido del número de adultos mayores, siguen existiendo severas limitaciones económicas, arquitectónicas, y culturales (entre otras), que dificultan la oportunidad de las personas mayores de participar en la sociedad.

En este sentido, como un tema de interés para la salud pública, el abordaje de la soledad en la vejez debiese considerar las siguientes recomendaciones:

  • No generalizar: no todas las personas mayores que viven solas están aisladas o se sienten solas. La soledad suele constituirse como un factor de riesgo cuando se vincula con ingresos económicos reducidos y mala situación de salud.

  • No estigmatizar a quien no tiene la red social ideal: la satisfacción con la compañía es una percepción individual. La soledad es una situación usualmente estigmatizada por los equipos de salud, particularmente en hombres mayores.

  • Eliminar las barreras estructurales de discriminación a personas mayores: por ejemplo, ingresos económicos por pensión, transporte público y barreras para el uso del entorno urbano. Desarrollar oportunidades de participación que permitan a las personas mayores autónomamente incluirse según sus intereses. Son destacables las iniciativas actuales en nuestro país que promueven la organización y asociación de personas mayores, la implementación de centros diurnos de encuentro, y las iniciativas que promueven la participación de mayores en el mundo laboral.

  • Focalizar en momentos críticos más que en la red social objetiva. Se recomienda poner atención a personas que se encuentren en transiciones que pueden tener un alto impacto en la salud mental, como el duelo por pérdida de alguna persona significativa, la jubilación, el asumir rol de cuidador, entre otros.

Chile es un país envejecido y el número de personas mayores continuará aumentando. Como estrategia para reducir el aislamiento social percibido por los mayores, es necesario garantizar las oportunidades de participación social para todas las edades.

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