Los chilenos tenemos derecho a reír

Demasiados compatriotas se avergüenzan de reír. No pueden. Su boca enferma es un estigma que deben ocultar. En Chile, los pobres no ríen.

Jueves 27 de agosto de 2015

Los chilenos tenemos derecho a reír
escrito por

Jaime Mañalich, Director Instituto de Políticas Públicas en Salud U. San Sebastián

"Amor mío, en la hora más oscura desgrana tu risa, y si de pronto ves que mi sangre mancha las piedras de la calle, ríe, porque tu risa será para mis manos como una espada fresca. Junto al mar en otoño, tu risa debe alzar su cascada de espuma, y en primavera, amor, quiero tu risa como la flor que yo esperaba, la flor azul, la rosa de mi patria sonora. Ríete de la noche, del día, de la luna, ríete de las calles torcidas de la isla, ríete de este torpe muchacho que te quiere, pero cuando yo abro los ojos y los cierro, cuando mis pasos van, cuando vuelven mis pasos, niégame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca porque me moriría".

Poder reír es un derecho. Nuestro Neruda y otros poetas han admirado este gesto tan humano por siglos. Reír requiere el esfuerzo de 17 músculos; impedir la risa que brota, cerca de 30. Demasiados compatriotas se avergüenzan de reír. No pueden. Su boca enferma es un estigma que deben ocultar. En Chile, los pobres no ríen.

La dentadura dañada es la enfermedad crónica más frecuente en nuestro país. Uno de cada cinco niños de 2 años tiene caries; entre los adultos mayores, nadie se libra. Esta cifra se eleva a 70% a los 6 años. A los 12 años, siete de cada diez jóvenes sufre de gingivitis y la mitad requiere corregir la mordida con ortodoncia. A los 40 años, ocho de cada diez han perdido piezas dentales. Tres de cada diez adolescentes señala que la mala dentadura les arruina su calidad de vida.

Esta situación en Chile no es aceptable. Estamos entre los países con más baja cobertura y máximo gasto de bolsillo frente a condiciones de muy mala salud oral. Esta discriminación no se justifica. Contamos con los profesionales y la tecnología suficientes.

El régimen de Garantías Explícitas ha incorporado, y por lo tanto obligado, a financiar tanto a Fonasa como a Isapres algunas atenciones: Salud Oral hasta los 6 años, atención para la embarazada, prótesis dentales para mayores de 60 años, cirugías para los niños con fisura labio-palatina, y atención dental de Urgencia. Son avances insuficientes. Es imperativo garantizar como derecho una mayor cobertura dental, incluyendo financiamiento, calidad y oportunidad. Antes de abril del 2016 se debe dictar un nuevo Decreto Supremo del AUGE, donde deberían incorporarse nuevas enfermedades. La carga de enfermedad que implica la enfermedad dental justifica técnicamente que al menos se amplíe la cobertura integral (que incluya todas las enfermedades) hasta los 18 años de edad.

Si contamos con recursos para hacer que quienes más tienen accedan a la Universidad gratuitamente, o para aumentar el número de Parlamentarios, o para subsidiar con más de dos mil millones de dólares la evasión e ineficiencia del Transantiago, por favor.... ¿O deberemos esperar que quienes no pueden sonreír también marchen?

Como dice Gandhi, "nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no puede dársela a los demás". Devolvamos la sonrisa y la risa a los chilenos. Seguro que los profesionales odontólogos están dispuestos a poner el máximo esfuerzo. La risa es contagiosa, y tenemos una oportunidad única de transformarla en una epidemia.

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