Parto Respetado

La Organización Mundial de la Salud hace énfasis que no existe justificación para una tasa de cesárea superior a 15% y que se debe favorecer el parto vaginal en todas las mujeres, inclusive en aquéllas con antecedentes de una cesárea anterior. No obstante, en Chile la tasa supera el 40%.

Lunes 29 de diciembre de 2014

Parto Respetado
escrito por

Erica Castro Inostroza, matrona y académica IPSUSS, Universidad San Sebastián

No obstante, en los últimos 30 años la tasa de cesáreas ha tenido un progresivo aumento a nivel mundial. En Latinoamérica, cerca de dos millones de cesáreas/año son evitables. En Chile, hoy se habla de una epidemia del parto quirúrgico, pues la tasa de cesárea global alcanza a 40%, y nos sitúa en el tercer lugar entre 34 países. En las clínicas privadas de nuestro país, los índices pueden estar cercanos a 80%.

Por otra parte, en los últimos cincuenta años, se ha producido un rápido incremento en el empleo de la tecnología para iniciar, acelerar y regular artificialmente el progreso del trabajo de parto, lo que ha llevado con frecuencia a la adopción de intervenciones inadecuadas, innecesarias y no exentas de peligro.

¿En qué consiste el parto respetado?

El parto es una condición propia animal que por lo mismo actúa a nivel del cerebro más primitivo, en donde la hembra que pare, busca la tranquilidad, la intimidad, la luz tenue y muchas veces, pero no siempre, la compañía de alguien especial, para poder recibir a su criatura, ayudarla a incorporarse o lamer en algunas mamíferas y en el caso de la mujer, para acunarla prontamente entre sus brazos y amamantarla. El trabajo de parto comienza con la circulación de la hormona oxitocina asociada a las contracciones uterinas. Pero, cuando la mujer está molesta, asustada, suben las tasas de adrenalina, hormona vinculada al estrés, de tal forma que las dos sustancias actúan en sentido inverso.

El parto es una experiencia intensa para toda la familia e implica cambios en la intimidad de cada persona que lo vivencia, donde se articulan las experiencias personales, de la pareja, de la familia y también los aspectos culturales. Sin embargo, todavía existe una visión muy verticalista en la asistencia o acompañamiento del parto, donde el equipo de profesionales decide por la mujer: rasurado de vello púbico, episiotomía en forma rutinaria, postura de suero, romper las membranas para acelerar el trabajo de parto.

En nuestra sociedad existe la sensación de que el parto debe ser instrumentalizado y existe la percepción de que es un evento doloroso y traumático. Pero, el parto es una experiencia natural, sin embargo lo hemos desnaturalizado. De ahí que es necesario cambiar este paradigma y se ha generado políticas de salud pública y corrientes para trabajar desde los derechos de las mujeres a valorar su mundo afectivo, emocional, considerando sus deseos y necesidades con el objetivo de que puedan empoderarse de una de las experiencias más maravillosas: ser protagonistas de la humanización y respeto hacia su parto y del nacimiento de su hija o hijo. Este es el concepto de un parto respetado, donde algunos prefieren denominarlo humanizado.

¿Por qué en la actualidad las futuras mamás están exigiendo cada vez más este tipo de parto?
Porque la tendencia a favorecer el inicio de un trabajo de parto espontáneo y a respetar los tiempos de este proceso son cada día mayores por las entidades de salud. Así, el derecho a la intimidad y a tomar las decisiones en la forma como llevar este momento tan único en la vida de la mujer es un pilar básico de la salud sexual y reproductiva. De ahí, que las mujeres se han empoderado cada día en el importante rol que cumplen en este momento. A nivel mundial en el mes de mayo se conmemora la semana del parto respectado que cada día tiene más adherentes, con lo que se ha ido difundiendo estos preceptos.

Por otra parte, en nuestro país, dentro del Programa "Chile crece contigo", se favorece el estímulo precoz de la criatura, el vínculo de la madre y/o pareja hacia su hijo/a y se educa y prepara a la mujer para afrontar de una manera natural y tranquila su trabajo de parto. En los centros hospitalarios, los equipos de profesionales que acompañan y asisten a las mujeres en este momento, también se les ha ido formando y reforzando en esta tendencia no intervencionista y a respetar los tiempos, así como a otorgar siempre un trato digno y no discriminatorio a las personas en este momento.

¿Cuáles son los beneficios de este tipo de parto?
Sin duda que uno de los beneficios más importantes es que el resultado es un parto completamente fisiológico, con menos riesgo de secuelas producto de un parto traumático o infecciones de la herida operatoria o complicaciones anestésicas en el caso de una cesárea. Se ha observado que cuando ocurre un parto respetado o humanizado, el tiempo del trabajo de parto se acorta, hay menos administración de fármacos para el dolor, menos traumas en los tejidos del periné, menos costos, mejores índices de satisfacción por parte de la mujer, se favorece la bajada de la leche y el apego.

Pero, el obtener un parto respetado, hace énfasis hoy en la valorización de los principios de las relaciones interpersonales y en la organización neurobiológica del cerebro y del desarrollo, haciendo hincapié en el hecho de que los primeros vínculos establecidos por la madre, padre, familia con el/la recién nacido/a en el momento del parto darán forma a los circuitos neuronales responsables de los comportamientos y las acciones de este niño o niña en el futuro.

¿Involucra solo a la madre o también a la familia, especialista y niño por nacer?
En este parto, todo lo concerniente al proceso del parto propiamente tal, al nacimiento y al postparto, la madre y su pareja participan activamente en la toma de decisiones entre las distintas prácticas a las que puede ser sometida, a partir de información clara y completa brindada por el equipo de salud, cuando existen distintas alternativas posibles.
En este parto respetado o humanizado, se debe generar un espacio familiar donde la mujer y su hijo/hija sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.

¿Qué deben realizar las mujeres previamente para someterse al parto respetado?
Lograr un parto respetado no es una improvisación, por lo que debe existir una preparación en el período antenatal y parte de la premisa que una mujer gestante no es una mujer enferma. Durante la gestación se le enseña a la mujer a conectarse con su hijo/hija y a generar el vínculo. Se hace partícipe a la pareja o a la persona que la mujer desee de su grupo familiar en este proceso de preparación. Se le educa sobre los ejercicios de respiración, sobre las etapas del parto, posiciones que puede adoptar para favorecer el descenso y disminuir el dolor, se le enseña a manejar su ansiedad y a empoderarse sobre el rol protagónico que debe adquirir, de ahí que la asistencia en este período antenatal debe ser con una visión multidisciplinaria.

Por otra parte, el equipo que asiste a la mujer y su familia debe estar formado y preparado para entregar estas herramientas de apoyo. En Chile se lleva a cabo el Programa "Chile Crece Contigo" que tiene esta visión, así existen varios programas modelos que se han llevado a cabo en distintas regiones.

¿Es más seguro que los otros?
El parto respetado es considerado un parto seguro, porque es: un parto humanizado, basado en las necesidades emocionales, físicas, psíquicas y sociales de la mujer, la criatura y la familia; es un parto que tiene fundamentos en la atención en salud basada en la evidencia y en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de tal forma que se asegura a la mujer que no será sometida a prácticas innecesarias o que no tienen fundamento científico; es un parto que tiene un enfoque intercultural; es un parto que es asistido por profesionales capacitados e idóneos.

¿En Chile existe alguna ley que lo regule?
La Ley de Parto Humanizado promueve que se respete a la familia en sus particularidades - etnia, religión, nacionalidad - y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas. En varios países se ha legislado al respecto. Ejemplo de esto es Argentina, donde existe la Ley 25.929 promulgada en 2004. Esta ley vela por los derechos de la madre, hijo/a y padre en relación al embarazo, parto y posparto. Refuerza la idea que todas las mujeres tienen derecho a ser tratadas con respeto y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso y a ser consideradas personas sanas. En Chile, varias entidades se han manifestado al respecto, pero no existe una legislación propiamente tal.

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