Hepatitis C

Prácticas sexuales de alto riesgo como el sexo grupal y el uso de cocaína y otros fármacos no intravenosos durante las relaciones sexuales, así como traumáticas que pueden conllevar a una enfermedad ulcerativa genital o proctitis, están asociadas a nuevos casos de VHC aguda.

Martes 7 de febrero de 2017

Hepatitis C
escrito por

Erica Castro, académica U. San Sebastián

Actualmente, alrededor de 160 millones de personas en el ámbito mundial, presentan una infección persistente por el virus de la hepatitis C (VHC), por lo que este agente se considera un importante problema de salud pública, infectando entre el 2% y 3% de la población humana.

La infección por VHC puede originar una enfermedad hepática aguda y crónica, incluyendo hepatitis crónica, cirrosis y carcinoma hepatocelular. De hecho, el VHC es la indicación más frecuente para el trasplante hepático y a pesar de los esfuerzos terapéuticos, no se dispone de una vacuna, y la profilaxis con inmunoglobulina no ha sido eficaz en la prevención de esta infección.

El VHC se transmite principalmente a través de la exposición a la sangre, por el uso compartido de material de inyección infectado en el uso de drogas y por vía vertical, es decir de la madre a hijo durante la gestación. Sin embargo, desde el año 2000 hay cada vez más evidencia de que la infección por el VHC ha surgido como una infección de transmisión sexual  entre los hombres que tienen sexo con hombres infectados con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH/SIDA) que no tenían una historia de uso de drogas inyectables.

El sistema inmunológico más comprometido en las personas con VIH/SIDA puede presentar mayores dificultades para evitar que una exposición al VHC derive en una infección crónica. Por lo tanto, el curso de las enfermedades hepáticas es más rápido en las personas coinfectadas por el VIH/VHC y el riesgo de cirrosis es dos veces más que las personas con infección por VHC sola. Por otra parte, este estado de inmunocompromiso puede explicar el por qué las personas con VIH sean más vulnerables a adquirir la hepatitis C por vía sexual.

Prácticas sexuales de alto riesgo como el sexo grupal y el uso de cocaína y otros fármacos no intravenosos durante las relaciones sexuales, así como traumáticas que pueden conllevar a una enfermedad ulcerativa genital o proctitis, están asociadas a nuevos casos de VHC aguda.

Hasta la fecha, se ha minimizado el riesgo de transmisión del VHC en las relaciones vaginales, sin embargo, un estudio francés sugeriría que la transmisión sexual del VHC también podría producirse entre heterosexuales. Según los autores del estudio, el único factor de riesgo identificado para la infección por VHC en cinco personas, tres hombres y dos mujeres, fueron las relaciones sexuales sin protección. Si bien este punto es controversial y continúa en discusión, los estudios siguen mostrando que las personas con múltiples parejas sexuales deben practicar el sexo con protección, en particular con condones de látex de buena calidad. 

En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la primera Estrategia mundial del sector de la salud contra la hepatitis vírica, 2016-2021, cuyo objetivo es eliminar estas infecciones como problema de salud pública.

Según los lineamientos sanitarios, las sugerencias y medidas preventivas en el caso del VHC, están orientadas a prestar un servicio integral de atención a las personas consumidoras de drogas inyectables, capacitar al profesional de salud sobre esta infección y su detección precoz y promover  el uso correcto y sistemático del preservativo. En el caso de personas infectadas por el VIH, éstas deben someterse a exámenes serológicos para el VHC en la evaluación inicial y deben ser educadas de que pueden estar en riesgo de adquirir esta infección. Se debe insistir en que el contacto sexual sin protección entre parejas con infección por el VIH puede facilitar la propagación del VHC.

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