La conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos invita a reflexionar sobre la evolución y rol que ella ha tenido en la sociedad. Lejos está una visión sólo asociada a la maternidad y a la reproducción. Hoy es protagonista de grandes cambios, lo que le ha permitido un sostenido y creciente empoderamiento. Ejemplo de ello es la incorporación al mundo laboral, político y gremial. Así también, ha habido avances legislativos como el postnatal extendido para favorecer el apego, la lactancia y la vida familiar.

Pero, los desafíos para abordar en forma integral la salud de la mujer trascienden la esfera sólo biológica y acotada a sus órganos reproductivos. Claro está el impacto de las políticas públicas sobre la asistencia profesional del parto y la incorporación de los métodos anticonceptivos. Hemos evolucionado hacia unas de las tasas más bajas de mortalidad materna a nivel mundial y el acceso a programas de regulación de la fecundidad, inclusive la anticoncepción de emergencia, es una prestación a la cual tienen derecho la mujer y/o su pareja en nuestro sistema de salud.

Sin embargo, una salud integral debe abordarse con visión de género, integralidad y equidad.  El embarazo adolescente, el aborto provocado infectado, el abuso sexual y la falta de acceso a la educación sexual continúan presentándose en los grupos de mujeres más vulnerables y pobres. Así, el retraso en la maternidad se observa en grupos de mujeres que acceden a educación, trabajo y oportunidades de desarrollo. La violencia hacia la mujer tanto física como psicológica ha incrementado las notificaciones independiente del nivel sociocultural.

Por otra parte, hay cánceres y enfermedades que hoy impactan la salud de la mujer más allá del área ginecológica. Así, seis de las diez principales causas de muerte específicas en las chilenas se asocian al hábito de fumar y las adolescentes presentan uno de los más altos índices de tabaquismo a nivel mundial. Las enfermedades cardiovasculares, asociadas a los hombres, ocupan una importante causa de muerte y secuelas también en la mujer chilena.

La mayoría de los problemas de salud de las mujeres son evitables. Por lo tanto, los desafíos hoy se relacionan con el acompañamiento y el cuidado a través del curso de vida de la mujer con énfasis en la promoción, la prevención, visión de género y humanización.