Un estudio realizado en Chile, el que incorporó a más de mil estudiantes de cinco universidades de nuestro medio, tanto públicas como privadas, reveló que la mitad de los/las estudiantes reconocía haber sido víctima de un abuso sexual, y que tanto hombres como mujeres habían sido afectados/as por igual, considerando desde tocaciones hasta violaciones.

La incidencia, dimensiones psicológicas y el impacto del abuso sexual de los/las estudiantes universitarios/as de todo el mundo es un tema, que si bien se ha abordado en los últimos años, aún hay muchas aristas desconocidas, debido al silencio que envuelve a este fenómeno. En 1978, el Proyecto de la Condición Jurídica y Educación de la Mujer de la Asociación de Colegio Americano hizo alcance a que el  acoso sexual universitario era una “cuestión oculta”, acuñando este término para resaltar el silencio que rodeaba el acoso, tanto a nivel individual como organizacional. Y esto no ha cambiado, pues con frecuencia, las víctimas de abuso sexual dentro del ámbito universitario, permanecen en silencio por vergüenza, por temor a las represalias y a la exclusión, así otras abandonan sus estudios sin una causa académica aparente.

A nivel internacional, la mayoría de los países no cuentan con reglamentación o leyes que protejan a los/las estudiantes del acoso sexual, lo que contribuye a que las personas permanezcan en silencio sobre sus experiencias y, por tanto, no presenten quejas ante sus universidades o centros de educación. Por otra parte, los/las estudiantes universitarios/as, puede incluso no saber qué comportamientos constituyen realmente acoso sexual si no han sido entrenados/as en esta forma de victimización.

En una revisión sobre el acoso sexual universitario en 29 culturas, se llegó a la conclusión que el fenómeno del acoso sexual no es diferente entre los países, sino más bien la forma en que se manifiesta, relacionado con las diferentes normas de comportamiento en las diferentes culturas. Por lo tanto, el acoso sexual universitario es universal.

Por otra parte, al igual que lo encontrado en el estudio chileno, otros autores también han informado que tanto los hombres como las mujeres son igualmente propensos a experimentar el acoso sexual, aunque de distinta forma. Así, se ha encontrado que los hombres son más propensos que las mujeres a molestar. Esta diferencia de género se ha observado en diversos estudios.

Es preocupante en el estudio realizado en nuestro país, que 26% de los hombres encuestados y el 16% de las mujeres reconocieron haber cometido un acto de abuso sexual, sin asumir que haber tocado a una persona sin su consentimiento era una agresión o algo tan malo.

La mayoría de los campus universitarios que han desarrollado programas para gestionar el problema del acoso sexual,  han abordado el tema en varias dimensiones: la educación a todas las personas, haciéndoles tomar conciencia del problema y de su impacto; el desarrollo de algunas pautas disciplinarias que indican las posibles consecuencias para las personas declaradas culpables de acoso sexual; el acompañamiento de las víctimas y estrategias para que continúen sus estudios. Nuestras universidades tienen que ser sensibles a las necesidades, antecedentes y experiencias de los/las estudiantes que han sido víctimas de abuso sexual.