Gracias Violeta

Violeta Parra, escritora, tejedora de arpilleras, pintora y escultora logró que su obra -que al mismo tiempo reflejaba su cosmovisión- se expusieran en el Museo del Louvre en Francia, y para 1965 creo la Carpa de la Reina, un lugar que debía acoger al folclor nacional y que dio origen a la Nueva Canción Chilena.

Miércoles 22 de febrero de 2017

Gracias Violeta
escrito por

Ángel Soto, historiador U. San Sebastián

"Dulce vecina de la verde selva, huésped eterno del abril florido"(... ) "Has recorrido toda la comarca, desenterrando cántaros de greda y liberando pájaros cautivos"(...) "Preocupada siempre de los otros" (...) "cuando vas a acordarte de ti misma" 

Son algunos de los versos que en Defensa de Violeta Parra, escribió su hermano Nicanor (Obra gruesa, Ed. Universitaria, 1969).

Heroína para unos, símbolo de la izquierda para otros, no hay duda que la cantautora es quizás una de las chilenas más universales y un símbolo de nuestra identidad.

Su padre (Nicanor) era profesor de música y su madre (Clarisa Sandoval) una cantora popular.

Nacida en San Carlos -un pueblo de Ñuble al sur de Chile- hace cien años un 4 de octubre de 1917, fue coincidente con el surgimiento de la mayor revolución del siglo XX: la Rusa.

Con su guitarra que cuentan sus biógrafos tomo a los 7 años, su voz y su folclor fue un símbolo de la música popular. Canto en plazas, fiestas, trenes. Recorrió los circos y tuvo una vida despreocupada de lo material, de su apariencia física, buscando muchas veces el contacto directo con la naturaleza intentando dar cuenta de una sensibilidad que al mismo tiempo fue capaz de captar un Chile distinto... 

"Se ha formado un casamiento, todo cubierto de negro, negros novios y padrinos, negros cuñados y suegros, Y el cura que los casó, era de los mismos negros" 

Con su voz característica no sólo recorrió Chile, sino que viajó a Europa hasta que en 1955 -al igual que los intelectuales y artistas más prominentes del momento- se instaló en Paris para más tarde regresar primero a Concepción y luego Santiago.

Escritora, tejedora de arpilleras, pintora y escultora logró que su obra -que al mismo tiempo reflejaba su cosmovisión- se expusieran en el Museo del Louvre en Francia, y para 1965 creo la Carpa de la Reina, un lugar que debía acoger al folclor nacional y que dio origen a la Nueva Canción Chilena.

Letras de amor desgarrado, dolido y penas del alma se combinan con la denuncia social, política y la reivindicación histórica, pero al mismo tiempo también nos hacen querer 

"volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente, volver a ser de repente tan frágil como un segundo volver a sentir profundo como un niño frente a Dios, eso es lo que siento yo en este instante fecundo" 

El 5 de febrero de 1967,  cuando aún no cumplía los 50 años se disparó un tiro en la sien. Estaba en su carpa de La Reina, que ya para entonces ya era un centro del folclore. Sólo meses antes le había cantado a la vida dándole gracias por lo mucho que le dio:  

"Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto, Los dos materiales que forman mi canto, Y el canto de ustedes que es mi propio canto Y el canto de todos, que es mi propio canto" 

No sabemos si "Violeta se fue a los cielos", como se titula la película de Andrés Wood (2011), pero no hay duda que, como escribió el poeta Pablo Neruda en 1970 en su "Elegía para cantar": 

"¡Ay, qué manera de caer hacia arriba y de ser sempiterna, esta mujer!" (...) 

A cien años de su nacimiento y cincuenta de su muerte, solo podemos dar gracias a esta Violeta que nos ha dado tanto.

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