Muchos abuelos cuidan y acompañan a sus nietos y nietas en las etapas escolares. Son ellos quienes ayudan a hacer tareas, forman hábitos de estudio y enseñan, por ejemplo, el gusto por la lectura.

Esta labor es asumida a menudo en los horarios en que los padres de los niños trabajan fuera del hogar y tiene mucho valor, porque contribuye significativamente en la crianza, generando un ambiente seguro y sano para los más pequeños.

Según explica la sicóloga y docente de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad San Sebastián, sede Valdivia Paulette Obreque, este vínculo es significativo, especialmente en las etapas de educación pre básica y se debe fomentar, no solo para los nietos, sino también por la alegría que genera en los abuelos la posibilidad de compartir sus vivencias.

“Franco Voli en su libro ‘El arte de ser abuelos’ señala que las relaciones con los nietos más pequeños permite aprender sobre la importancia de vivir y actuar en el presente, en el aquí y ahora“, explica la profesional y reflexiona que “los conocimientos vivenciales, que los abuelos pueden dar serán útiles en sus relaciones, formas de comunicarse y en su propio desarrollo. La vinculación afectiva y emocional desde que los niños son pequeños facilita el proceso y el involucramiento en la etapa escolar”.

Obreque entrega algunos consejos para que las familias fomenten el vínculo entre mayores, niños y niñas.

Vínculo afectivo

Un buen consejo para los adultos mayores es establecer vínculos afectivos y emocionales con los nietos desde pequeños, siendo un factor relevante la cercanía, ya que los hace cómplices. Dentro de las actividades que se pueden realizar con los nietos, es positivo participar de actividades recreativas, como organizar paseos al parque, ir al cine, asistir al museo para conversar y compartir experiencias. Instancias ideales para conocerse y compartir experiencias.

Ayudar a educar

Que los adultos mayores puedan contribuir en la educación de sus nietos, es significativo para fortalecer su relación y al mismo tiempo apoyar en su crecimiento, motivo por el cual es bueno que los guíen en sus tareas escolares, al menos una vez por semana. También es positivo para el desarrollo de su relación que los abuelos asistan a reuniones o citas escolares donde se puedan compartir lectura de cuentos o distintos tipos de textos, entre otras actividades.

La historia familiar

Cuidar de los nietos cuando los padres no puedan hacerlo permite que el abuelo se sienta más útil, considerado y valorado. También es una instancia ideal para transmitir valores familiares, experiencias de generaciones anteriores. Siempre es positivo escuchar a los nietos, darles la opción que compartan sus historias e intereses y pasear con ellos. Los vínculos afectivos intergeneracionales ayudan a conocer la propia historia.

Vea la crónica en diario Austral de Valdivia