Pablo Valenzuela señala que nuevas terapias oncológicas deben incorporarse a la Ley Ricarte Soto

El Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2002, habló con www.ipsuss.cl de la técnica genética que desarrollan en Chile y a través de la cual se destruyen tumores cancerígenos, impidiendo su reaparición y, cuyos análisis clínicos comenzaron en diciembre pasado tras la aprobación de la FDA.

Jueves 7 de abril de 2016

Pablo Valenzuela señala que nuevas terapias oncológicas deben incorporarse a la Ley Ricarte Soto
escrito por María Graciela Opazo

En la cultura popular se dice que para trascender en la vida una persona debe plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Sin embargo, para quien descubrió el virus de la hepatitis C, creó la vacuna contra la hepatitis B, secuenció el virus del Sida y ganó el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas en 2002, sólo otros grandes descubrimientos pueden estar a la altura y ahora su atención está en el cáncer.

Pablo Valenzuela Valdés (74) es bioquímico, pero tras su figura alta e imponente, se esconde un científico inquieto que siempre anda buscando un nuevo campo por explorar. Hace unos días inauguró el año académico del Campus Los Leones de la U. San Sebastián con una charla magistral en donde ahondó sobre la “revolución de las biociencias y la biomedicina” y sobre un “nuevo set de técnicas para desarrollar fármacos”, que mejoren los tratamientos de las enfermedades que más afectan a la población.

Inmuno - oncología

Respecto del cáncer, el experto señala que actualmente lo más utilizado como terapia es la quimioterapia, “que es lo mismo que matar cualquier cosa que esté por delante. Matan células del tumor, pero también células normales”.

Por eso la necesidad de desarrollar nuevos tratamientos. Al respecto, Valenzuela afirma que actualmente están apareciendo terapias que no afectan las células normales. Una de ellas es la llamada inmuno- oncología, en donde se utiliza el mismo sistema inmune de la persona contra el cáncer, es decir, en lugar de hacer una droga que ataca directamente el tumor, se elaboran fármacos que refuerzan y potencian al propio sistema inmune para atacarlo. “Esta nueva noción es tremendamente distinta a la del pasado”, dice.

¿En qué consiste? El bioquímico explica que los linfocitos T, “soldados del sistema inmune para atacar las infecciones”, son activados o desactivados naturalmente, lo que ocurre por ejemplo cuando la infección que los impulsó pasa. “Ese conocimiento ha permitido desarrollar  nuevas drogas cuyos resultados varían, pero entre 15 a 30% de los tumores desaparecen totalmente, esto nunca se había logrado sin afectar las células normales y se está investigando para tener nuevas drogas”, sostiene.

En el mercado ya existen dos drogas con estas características aprobadas en 2014 y 2015 (pembrolizumab y nivolumab), respectivamente “es uno de los tratamientos importantes para cáncer en el futuro”, añade.

Made in Chile 

El científico adelanta algunos hallazgos de la última gran investigación que desarrolla su equipo, sobre el ARN no codificante, una técnica que permite destruir sólo células tumorales y “evitar la reaparición del cáncer”. Entre el 1 y 3 % del ADN tiene secuencias que no dan origen a proteínas, es el ADN basura, no codificante, pero reguladores de gran importancia.

“Muchos lo están analizándolo ahora, pero sin embargo, los únicos que han llegado a un estudio clínico usando como blanco uno de estos RNA hemos sido nosotros con trabajos hechos en Chile”, afirma Valenzuela.

Agrega, "en estos análisis se descubrió que a partir del genoma mitocondrial del disco duro de la mitocondria, se genera un RNA no codificante que tiene varias características: si uno ataca este RNA mediante una droga y produce su destrucción, resulta que todas las células que son tumorales se mueren por apoptosis, inducen suicidio y se mueren. Es decir es el descubrimiento de un blanco que si uno lo ataca algo pasa y la célula tumoral se autodestruye y no pasa nada con las células normales. Evita la reaparición de cáncer una vez que ha ocurrido una cirugía y  hace posible que los restos de células también sean eliminados y no hay reaparición de tumor, ni metástasis”.

Este descubrimiento está en estudio clínico en fase I “que es la más importante, porque no está en discusión su eficacia en humanos, sino que es para ver cuán segura es, si es tóxica o no, y en qué concentraciones se ve la toxicidad”. La solicitud fue aceptada por la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos, FDA (Food and Drug Administration) en agosto 2015 y los estudios se iniciaron en diciembre pasado.

Nuevas terapias en el Auge y Ley Ricarte Soto

Ante la consulta si estas nuevas terapias que se están desarrollando, algunas de las cuales ya cuentan con productos que se comercializan en el mercado, se pueden incorporar dentro de las coberturas de los seguros de salud o las debe entregar el Estado, Valenzuela, se manifestó partidario de avanzar en esa línea.

-Si la primera causa de muerte en nuestro país es el cáncer, ¿estas nuevas terapias que menciona tendrían que ser incluidas en el Auge o en la Ley Ricarte Soto?

-Deberían ser. Una vez que están aprobadas debería ser, esa es la gracia de la Ley Ricarte Soto, que se ayude a la gente a comprar estos medicamentos porque son muy caros en los primeros tres hasta 5 años, después empiezan a bajar. Al principio son prácticamente imposibles de costear, al menos que sea una persona pudiente. Así que lógico. Yo supongo que la gente que está a cargo en el ministerio de Salud está viendo hasta donde llega la Ley Ricarte Soto ¿qué estamos cubriendo? y ¿qué es lo que viene? yo no estoy seguro si saben todas estas cosas.

-¿Cuál sería su llamado?

-El llamado es  a toda la gente que tiene que ver con salud a que estén al día con lo que pasa en el mundo. No sólo los médicos, los estudiantes, la gente de Fonasa, del Minsal, porque si no de qué otra manera van a entrar estas drogas a la Ley Ricarte Soto, si alguno de estos administrativos no empieza a conocer estas cosas, por eso lo que estoy dando aquí es una cosa a nivel científico, pero luego empieza a expandirse.

-¿Da la impresión que en Chile falta la conexión entre la ciencia y la medicina clínica?

-Es que estamos muy alejados. No estamos en la ruta constante de los seminarios avanzados de Europa o Estados Unidos, por tanto, debemos luchar e instalar estos temas en las escuelas de medicina, en el Ministerio de Salud.

-¿Es probable incluir la terapia inmunogenética de cáncer a los tratamientos?

-Lógico, hay que echarle una mirada porque se está usando en una minoría de los cánceres ¿qué pasa en los hospitales chilenos? ¿Qué pasa con los oncólogos de la clínica las Condes, de la Católica o la Alemana? ¿Qué saben de esto, quizá bastante. Aunque es muy luego todavía, estamos en una etapa de recién aprobados y hay muchas otras drogas aprobadas que no están en la Ricarte Soto. Por ejemplo, la hepatitis C, ese virus lo descubrí yo. La hepatitis C tiene una droga que es tremendamente cara, y si no está estamos fritos, porque la gente sigue muriendo por no tener suficientes hígados para trasplantar.

Por qué no nos vacunamos

Respecto a la reticencia que existe actualmente a no vacunar a los niños, el científico indicó que es un mal de la modernidad.

-¿Cómo ve el que el algunos padres rechacen vacunar a sus hijos?

-Esto es un clásico problema de la modernidad. Hay gente que cree que las vacunas son malas para los niños y es un desastre absoluto, porque están desaprovechando oportunidades. Muchas de estas enfermedades son mortales, como la Hepatitis, el Papiloma Humano, y existen vacunas maravillosas que extirpan estas enfermedades. Es parte de la falta de cultura, aunque ocurre también en Estados Unidos.

La única manera de que se extirpen las enfermedades infecciosas es que haya vacunación total de la población susceptible, mientras eso no ocurra, no se terminará. A los niños se les vacuna contra la hepatits B, pero si uno quiere erradicar esta enfermedad uno tiene que vacunarlos a todos.

 

 

 

 

 

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