¿Cómo evitar problemas y proteger los ojos en verano?

Existen algunas enfermedades que son más recurrentes en verano y que afectan a nuestros ojos, como la irritación por el cloro de piscinas o la sal del mar o infecciones por hongos y bacterias o lesiones producto del sol y los rayos UV. La solución no es llegar y ponerse gotas en los ojos.

Viernes 15 de febrero de 2019

¿Cómo evitar problemas y proteger los ojos en verano?
escrito por Álvaro Mociño

“En general en el verano se potencian las alteraciones de lágrima y de párpado. Principalmente, conjuntivitis, que puede ser infecciosa o alérgica y las lesiones corneales o queratitis, que son pequeñas heridas que se producen en la córnea por evaporación de la lágrima”, dice Hugo Berríos, coordinador de la mención de Oftalmología y Optometría de la carrera de Tecnología Médica de la Universidad San Sebastiánante las recurrentes lesiones oculares que se producen en este tiempo.

Berríos explica que cuando se trata de queratitis, lo que sucede es que “al aumentar la temperatura y hay mayor cantidad de rayos ultravioleta, la lágrima que permite lubricar el ojo se seca más rápido, pero el pestañeo continúa y el párpado raspa la córnea, que es la parte delantera y transparente del ojo, que es extremadamente sensible”.

El tecnólogo médico señala que al principio son lesiones leves, pero si no se tratan y existe un descuido, la queratitis puede empeorar.

El docente de la USS señala que en forma preventiva lo ideal es “limitar al máximo esta exposición a los rayos del sol con unos buenos lentes que tengan los filtros correspondientes. No necesariamente son los más caros o exclusivos, pero sí tienen que ser de ópticas formales, ya que por normativa contienen los filtros para UVA y UVB. En el comercio informal generalmente solo son lentes teñidos y no tienen esta protección”.

Además, precisa que los lentes de sol deben ser amplios y no tan pequeños para cubrir una mayor superficie de la cara y los ojos.

También enfatiza que es conveniente “revisar la queratitis con un especialista, especialmente si se trata de una persona alérgica en período de primavera y verano”.

Conjuntivitis

Otro problema habitual es la conjuntivitis. Hugo Berríos indica que cuando su origen es alérgico, el proceso comienza “en la primavera con todos los alérgenos del ambiente que van provocando inflamación de la parte interna de los párpados o conjuntiva”.

Asimismo, explica que en el verano, “por el cloro de las piscinas y por el hecho de compartir toallas e ir a la playa y tener contacto con el agua salada en el ojo, se puede producir una conjuntivitis infecciosaque puede ser bacteriana, generando una sustancia amarillenta en el ojo o puede ser viral, que es más delicada y secreta un líquido transparente”.

Una buena forma de evitar esta enfermedad en los ojos es usar las conocidas antiparras o lentes para nadar. Berríos sostiene que “si bien estos lentes son un poco incómodos porque al sumergirse en el agua se genera una presión negativa que hace que los ojos se aprieten un poco, son totalmente recomendables”. Se recomienda no nadar con lentes de contacto. Además, se debe tener en cuenta que a pesar de que las piscinas están cloradas, no matan todas las bacterias y los virus.

El tecnólogo médico advierte también que en el caso las piscinas, “el cloro como molécula tiene una transformación cuando toma contacto con los fluidos corporales, que es lo que se conoce como cloramina. Este compuesto es sumamente irritante y genera lesiones en los ojos”.

En el caso del agua del mar, Berríos expone que la sal genera la extracción de agua y por ende una deshidratación de la córnea y además en la playa por la acción del viento y la arena, es probable que se produzcan lesiones en los ojos.

Gotas sí o no 

Muchas personas cuando tienen problemas en los ojos recurren a las gotas que se venden en farmacias. Berríos asegura que los colirios que son de venta libre y están en el mesón de los locales no requieren receta médica, pero no sirven para tratar lesiones o enfermedades. “Son gotas para el ojo rojo y su acción es vasoconstrictora y hacen que se aprieten los vasos sanguíneos que están dilatados. Sin embargo, disimulan los síntomas y limitan la respuesta fisiológica del ojo para curarse”, afirma el académico.

Además, dice que los colirios vasoconstrictores “están contraindicados para personas hipertensas porque si se contraen más los vasos sanguíneos pueden romperse y provocar una hemorragia subconjuntival, conocido como ‘derrame’. Por eso no es llegar y ponerse gotas por cualquier cosa, sin consultar a un especialista”.

Berríos concluye que es recomendable acudir a un control con especialista al menos una vez al año. En ese sentido señala que “además de las consultas médicas privadas o los servicios de especialidad en los hospitales, existen las Unidades de Atención Primaria Oftalmológica donde un Tecnólogo Médico especialista puede examinar a todas las personas que pertenecen a los consultorios y así contar con un control periódico y derivar a médico especialista cuando sea correspondiente”.

 

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