¿Cómo convertir su vivienda en un lugar de trabajo?

Proyecto ganador del Concurso Archiprix Chile 2019, propone una solución habitacional para un barrio de la comuna de Puente Alto, donde se cambia el uso y distribución de los espacios.

Domingo 28 de abril de 2019

¿Cómo convertir su vivienda en un lugar de trabajo?
escrito por Oscar Galaz

Cuando es necesario instalar la oficina, el negocio o el taller en el lugar dónde uno vive, ¿cómo lograr que los espacios no se trastoquen?

“Vivienda de uso mixto”, es una propuesta innovadora presentada por la arquitecta egresada de la U. San Sebastián (USS), Andrea Fuentes, en el concurso Archiprix Chile 2019, donde obtuvo el primer lugar.

El proyecto se hizo pensando en la realidad que afecta a un barrio residencial – comercial de Puente Alto, donde se propone transformarlo en un polo productivo, pero adaptándolo a las necesidades de las familias que habitan en ese sector. Un barrio que en su inicio tuvo una mala planificación urbana y que está desprovisto de equipamiento y oferta de servicios para sus habitantes. 

“No es un lugar de la casa que estás destinando para el trabajo, sino un espacio que ya está diseñado en el plano residencial para eso. Lo que se propone es que a través de la arquitectura esa vivienda, también pueda disponer de otros lugares para ser ocupados para tus actividades laborales, sea almacén o una oficina”, explica Andrea Fuentes.

La iniciativa nació a partir de la observación cotidiana del entorno en el que vivía. El trabajo –para el cual tuvo de profesora guía a la arquitecta Loreto Lyon- comenzó a fraguarse en conversaciones con sus profesores, “quienes motivaban constantemente a observar mucho las situaciones informales de la ciudad; lo que estaba pasando y que eso detonara en proyectos de arquitectura. El entender que la arquitectura no son sólo museos o grandes edificios, sino que se podía hacer desde las personas, y desde ahí nació mi propuesta”, comenta Andrea Fuentes.

Solución arquitectónica

Para el director de Archiprix Chile, Carlos Castillo, el proyecto “cautivó al jurado por la intensidad de trabajo; hay una intensidad profunda, donde realmente todas las decisiones tomadas dentro del proyecto están avaladas por un estudio anterior. Y claro, el jurado que tiene un ojo experto y rápidamente pudo reconocer eso”.

Castillo agrega que la arquitecta trabajó en su entorno “ella usa su talento y sus habilidades para impactar en el lugar donde es parte. Entonces eso igual es valioso. Normalmente los arquitectos tienden a diseñar cosas para otros o en otros contextos o contextos ideales, pero Andrea es capaz de situarse en su propio contexto, con la ventaja de decir: este es mi lugar y aquí voy a proyectar lo que vi en otros lugares para mejorar la calidad de vida de las personas, viviendo en el mismo lugar y teniendo trabajo ahí mismo”.

Para el decano de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la U. San Sebastián, Albert Tidy, el proyecto es extremadamente sensible a la cotidianidad, es decir, “trabajado con temas de habitación de vivienda económica, en poblaciones que no son escenarios ideales y que resuelve problemas de forma creativa con gran elegancia y dominio técnico. Creo que eso sorprendió al jurado, porque no hizo alarde de temas pirotécnicos o de lugares exóticos, sino con problemas reales a escala muy local y que, utilizando problemas de la cotidianidad, logra hacer una propuesta de altísimo valor creativo y alto dominio técnico. Es un proyecto muy inteligente”.

 

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